Pacientes asintomáticos
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Entre los muchos misterios aún por desentrañar o hechos inquietantes alrededor de la COVID-19 está el relacionado con las personas positivas al nuevo coronavirus SARS-CoV2, pero que nunca llegan sentirse enfermas.
Por ejemplo, este jueves al salir de alta clínica del hospital militar Fermín Valdés Domínguez, una joven, asintomática, muy contenta afirmaba: “no tuve, ni tengo nada. Siempre me he sentido bien”; sin embargo, el resultado de su PCR en tiempo real reveló su positividad a esta enfermedad, por lo cual permaneció allí varios días ingresada y solo egresó al tener resultado negativo en una segunda muestra.
En la epidemia de la COVID-19 en Cuba el 50 por ciento de los casos confirmados han estado asintomáticos en el momento del diagnóstico, indicador que se ha comportado de forma muy análoga a como lo hace en el mundo, según afirman expertos del Ministerio de Salud Pública.
Este, por lo tanto, resulta un hecho de los que más complejizan la pandemia, a partir de que son personas que están propagando el virus sin saber quiénes son, pues no presentan síntomas de una enfermedad altamente contagiosa y mortal.
De acuerdo con resultados de un estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association (JAMA) se “descarta la posibilidad de que los asintomáticos tengan menos capacidad para contagiar, por lo cual pide el aislamiento de todo positivo”, lo cual es una práctica asumida en nuestro país desde el mismo inicio de la pandemia en Cuba.
Esa investigación arrojó, además, que “personas que no tenían síntomas al momento de la prueba, incluidas aquellas que nunca desarrollan síntomas, tienen la misma cantidad de material viral en la nariz y la garganta que las personas con síntomas”. Muchos son los estudios sobre este particular en estos momentos, en aras de esclarecer otros misterios de estos casos “silenciosos”.
Por su parte, la doctora María Eugenia Escobar, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología, al referirse a este tema significó que “en la forma asintomática o enfermedad inaparente los individuos afectados no presentan signos ni síntomas y tampoco sus familiares.
“Ellos mismos no identifican el proceso morboso y, por supuesto, el médico en el examen físico no detecta alteraciones, no halla signos ni le son referidos síntomas de la enfermedad. El diagnóstico de esta forma se establece solo mediante el laboratorio de microbiología (aislamiento del germen) o por estudios serológicos. Estos casos hay que buscarlos, a través de pesquisaje, chequeando y aislando los contactos y los contactos de contactos, para poder cortar la trasmisión. Además, también, se puede iniciar precozmente la terapéutica, lo que hace que la evolución del paciente sea mejor y más rápida”.
La especialista, con más de cuatro décadas de experiencia, alertó que “las formas asintomáticas o no manifiestas poseen el mismo potencial de difusión que las manifiestas y son las que pueden o conllevan a difundir y perpetuar la enfermedad en la comunidad”.
Este es motivo suficiente para mantener de manera consecuente medidas de prevención, desde el indispensable uso del nasobuco de manera permanente, el lavado de las manos, limpieza de superficies, evitar las aglomeraciones, lograr el distanciamiento físico y, en específico, para los jóvenes hay un consejo: evite por ahora las fiestas, ya tendrán tiempo de divertirse: Cuiden a la familia.
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