La asertividad
- Por Hilda Pupo Salazar
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Decir siempre Sí ante un solicitado, no significa ser buena persona o responder a quien nos hizo, una vez, un favor. En muchas ocasiones, tal posición positiva, engendra sacrificios, dejar de cumplir otro compromiso irrenunciable, todo por ser, aparentemente, complaciente.
En tales casos, el No resulta una elección acertada y, de modo alguno, nos califica de pocos nobles, insolidarios o reacios a servir a los demás, por eso, saber pronunciar un Sí o un No, en un momento determinado, resulta muy importante.
Encontrar un equilibrio al saber elegir entre el Sí o el No constituye clave, pero ese balance solo logras precisar cuando puedes ver el lado positivo o negativo al llegar la disyuntiva de elegir.
Es fácil ver que decir No puedes traer consecuencias, como herir los sentimientos de los demás si no dominas el porqué: distanciarte, arrepentimiento o limitar las oportunidades, pero en el No existe algo más que la simple negatividad, porque, realmente, puede ejercer una influencia muy importante para tu vida o de otros.
Algunas de las razones por las que él No puede ser un acto positivo para alcanzar la plena realización personal y mejorar interacciones con los demás son: Valorarlo en la misma dimensión del tiempo o defenderlo, con valentía, sin importar esa posición, que luego acumularía negatividad para el decisor.
Recuerda cuánto vale el tiempo y se tendrá menos probabilidades de dudar a la hora de decir No a algo que realmente no puedes hacer. Decirlo exige un fuerte sentido del yo.
Cuando enfrentes al tipo de persona que no acepta un No por respuesta, defiende tu posición y repite la respuesta inicial. Si vacilas, recuerda las razones, en primer lugar, para decir No y considera positivo si eres fiel contigo. Descubrirás esa entereza en otros aspectos de la existencia.
Cada vez que dices No a algo, te encuentras diciéndole Sí a otra cosa. No significa liberar el tiempo, para involucrarte en otras actividades, quizá más positivas. Nunca sientas malestar, por rechazar a alguien, reformula esa respuesta y ofrece hacer algo otro día capaz de hacer.
Decir No puede ser difícil. Muchos de nosotros fuimos criados para ser amables y decir siempre que Sí. Aprender a rechazar una invitación o petición sin sentir culpa es un aspecto esencial para vivir feliz con uno mismo.
Cuanto más domines el arte de decir No en el momento oportuno, más fácil te resultará llenar tu vida con actividades y personas que te producen verdadera comodidad. Al rendirte ante el Sí o te cuesta mantener un No después de haberlo pronunciado, recuerda, siempre, la fuerza positiva de defenderlo.
Podemos reflexionar con Ignacio Javier Ruano Regalado, en su blog: El rincón del Rua, al explicar la asertividad como una forma de comunicación, que consiste en defender tus derechos, expresar tus opiniones y realizar sugerencias de forma honesta, sin caer en la agresividad o la pasividad, respetando a los demás pero, sobre todo, respetando tus propias necesidades.