Aplausos con ecos por siempre
- Por Calixto González Betancourt
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Ya vemos la luz al final del túnel pandémico y empezaremos, poco a poco, a regresar a la normalidad, con las fases y etapas post-COVID-19 que han determinado adecuadamente las autoridades, porque después de tanto esfuerzos y logros, no podemos permitirnos dar un paso en falso. Por eso no habrá un día después, sino varios, con acciones paulatinas, pero más allá de lo que haremos y no podemos hacer en cada momento, según las orientaciones, esta pandemia, en sus huellas, nos ha marcado para siempre; deja enseñanzas incontestables y acciones que, como cicatrices, deben perdurar.
Ha sido una situación inédita desde hace muchas épocas y la actual generación trasmitirá lo ocurrido, a las que están por venir, con testimonios, a través de sus recuerdos, la prensa y la literatura.
¡Y esos aplausos de las nueve de la noche a los guerreros trabajadores de la salud, mantendrán sus ecos por siempre! Esta enfermedad, entre muchas facetas, tiene el mérito, de mostrar lo mejor del ser humano: la dedicación, desprendimiento, reconocimiento y la solidaridad, como han hecho los cubanos con los suyos y con todos en el mundo que ha reclamado su ayuda.
Una frase de Fidel dicha en momento crucial, tiene ahora una actualidad estremecedora: “Cuba al salvarse, salva”, para bien de la humanidad y ignominia del poderoso del norte, que en estas circunstancias se ensaña más con su bloqueo brutal contra mi Patria.
No importan sus delirios y ofensas contra la colaboración cubana en salud; a contrapelo de sus bajos designios, son cada vez más en el mundo lo que piden el Premio Nobel de la Paz para nuestras comitivas médicas, que salvan vidas en tantos lugares de este planeta.
Con sabiduría y mano firme, el Partido y el Gobierno cubanos, con apoyo ciudadano, nos conduce ya al puerto del triunfo, en esta lucha contra la COVID-19. Sin embargo, no debemos confiarnos, aún necesitamos más disciplina, la que debe prevalecer después que se derrote totalmente la pandemia. También debe continuar una mayor exigencia por la higiene pública y, por parte de las autoridades, la guerra contra las ilegalidades y los delitos económicos, que tantos daños nos hacen.
La COVID-19 nos dejará más curtidos para cualquier batalla futura, para asumir tareas y decisiones trascendentales y que el resultado sea siempre la victoria.
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