Mi vecina la COVID

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coronavirus caricatura1ACN CARICATURA/Osvaldo GUTIÉRREZ GÓMEZ/ogm
 
Desde el pasado mes de diciembre el mundo enfrenta una novedosa enfermedad que ha cambiado las rutinas y costumbres de las personas, debido a la alta tasa de contagios y mortalidad del nuevo coronavirus, que además provocó severos daños en la economía mundial y por ende, perjuicios sociales.
 
Esta pandemia ha impuesto nuevas formas de vidas y necesarios cambios para poder continuar ante su poderoso impacto, pues se ha anunciado que una vez descubierta, será muy difícil eliminarla, sin embargo, tendremos que adaptarnos a convivir con el virus, algo que será muy complejo, pero no imposible.

Es entonces cuando viene a mi mente los talleres sobre cambio climático y las formas de adaptación del hombre ante la inevitable variación de la naturaleza, a lo cual se denominó “resiliencia”, un término que frecuentemente se emplea para estas temáticas, pero es muy funcional para cualquier proceso de armonía vinculado con las personas.

Especialistas aseveran que la resiliencia es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a las situaciones adversas, o sea, las formas de lograr los éxitos a pesar de un estrés o cierta dificultad que implica normalmente un grave riesgo de resultados negativos.

Cuando el pasado 11 de marzo se dio a conocer la noticia del primer caso de COVID-19 en Cuba, no imaginé que apenas una semana después ya se confirmaría en Holguín un paciente contagiado con el mortal virus, situación que modificó el sistema de vida en el territorio, sin vislumbrarse todavía los capítulos finales.
 
Todo proceso de cambio negativo en las personas es motivo de resistencia, ya sea una transición en las parejas, centros laborales o educacionales, amistades y hasta un simple biberón para la leche de los más pequeños de la casa, ese que prefieren a pesar de su vieja tetera.
 
Pero en el caso de preservar nuestras vidas ante los embates del nuevo coronavirus va más allá de gustos o preferencias, está en juego la salud de varios seres humanos, inclusive, se ha comprobado que hasta de algunos animales, por lo que se convertiría prácticamente en un cambio obligatorio.
 
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Los cubanos nos caracterizamos por ser personas cariñosas, joviales y simpáticas, algo que viene de “fábrica”, sin embargo, a partir de ahora tendremos que buscar variantes y renunciar a aquellos eufóricos saludos y coqueteos, típicos de nuestra sangre latina, que nos ha unido por fuerza de la tradición.
 
La implementación de las medidas de aislamiento y la utilización del nasobuco, mellará muchas costumbres de los cubanos, pero las circunstancias las imponen y tendremos que modificar hasta una célebre frase; ahora, el amor debe ser más fuerte que la costumbre.
 
Las carteras de las mujeres continuarán a la moda, pero tendrán que adaptarse a estos tiempos y junto a los creyones y el espejito, debe haber capacidad para echar la cuchara y el vaso de forma preventiva, mientras en las fiestas donde ese trago que estrechaba amistades al circular por rondas, tendrá limitaciones después de todo esto.
 
No tengo la menor duda que dentro de poco el nasobuco formará parte de las prendas de vestir y surgirá la competencia de marcas para estas mascarillas que hoy no permiten reconocer a personas allegadas, pero mañana seguro tendrán otros formatos y comodidades de las cuales dependeremos.
 
Quizás estas medidas permitan conservar muchos más el transporte público, donde ya no se podrá montar la capacidad máxima del vehículo y hasta renunciaremos a tener en primer plano esos perfumes naturales que teníamos que inhalar por derecho, aunque no tan propios.
 
Que decir de las fiestas populares donde el nuevo coronavirus debe estar en la tarima principal esperando a todos los que pierden, no solo la noción del tiempo, sino las medidas higiénicas y el distanciamiento.
 
A estas y otras costumbres tendremos que renunciar, porque nos acecha sigilosamente esperando que bajemos la guardia, sin percatarnos, que nuestra vecina, la COVID-19, nos mira desde la oscuridad y en silencio.
Flabio Gutiérrez Delgado
Author: Flabio Gutiérrez Delgado
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Licenciado en Comunicación Social. Soy un ferviente apasionado del mundo deportivo, atrapado por la magia del fútbol, pero no descuido la cultura general y siempre estoy dispuesto a aprender algo todos los días, cuando no lo hago, siento que he perdido el tiempo.

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Comentarios  

# Javier 28-05-2020 17:20
javierperezg1970@gmail.com
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# Javier 28-05-2020 17:21
Como se va a resolver el problema del transporte público.?
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