La envidia
- Por Hilda Pupo Salazar
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La envidia es un sentimiento negativo consistente en desear lo de otros de manera maligna, es la sensación de injusticia sentida cuando vemos disfrutar de la gloria, que la vida nos usurpa, pensamos nosotros.
Ahora se ve bastante en esos ignorantes que imaginan a todos poderosos con ‘don dinero” y omiten los esfuerzos, para obtener las riquezas. Es cierto, algunos acopian fortunas sin mucho trabajo, pero no se generalice.
Quienes admiran con rabia, como, también, se le conoce a ese sentir nocivo, tienen la creencia que las personas valen por sus tenencias (cosas materiales, habilidades personales, aspecto físico) y no por su verdadera naturaleza.
Para este tipo de individuo, si el otro no cuenta con lo suficiente de eso altamente justipreciado por ellos, no valen nada.
Entre las características de tales ciudadanos está el compararse continuamente con otros con mayores cosas, lo cual les hace sentir, incluso, miserables y, por lo tanto, se sienten muy mal consigo mismos.
Otro rasgo es desear el mal a los demás, si ven que a otra persona le va bien en cualquier ámbito de su vida, les afecta tanto como si por eso realmente ellos perdieran algo.
Hacerte quedar mal en público o burlarse es propio de esas gentes. ¿Has conocido a alguien que halague a personas constantemente, aun sin motivos para hacerlo? Esos cuando le hacen un cumplido a alguien o cuando lo felicitan por algo que hayan hecho bien, no lo hacen de manera natural.
Cuando los envidiosos empiezan a compararse con los de mejor posición, dejan de ver lo bueno de ellos y se alejan de sí mismos, el sentimiento se torna destructivo, sienten las carencias de una o más cosas no poseídas, se fijan únicamente en lo superficial y no se percatan de los defectos y virtudes, porque nadie es perfecto.
Sus verdaderos objetivos personales en nada se parecen a la de los envidiados, viven con la creencia de necesitar lo ajeno y, cada vez, experimentan una gran frustración y ansiedad por no sentirse lo suficientemente valiosos. Su autoestima es en apariencias.
Podemos reflexionar con estos autores anónimos: “Aunque recibas bofetones y te encuentres desilusiones, sigue siempre hacia delante y lucha por tus sueños”. “ Lo malo de las mentes cerradas como tú, es que siempre tienen la boca abierta”.