Después de los repas no hay más nada

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ruidososHolguin1
 
Venían absortos con un teléfono móvil en sus manos. Sentados en las posiciones destinadas a mujeres con niños y embarazadas, disfrutaban de un video, cuya música, (si a eso se le puede llamar música y que me dispensen los entendidos en la materia), lejos de agradar, rompía tímpanos.
 
No es la primera ocasión en que en un vehículo público rodante se da esta situación. Imagine una guagua Diana, a las 8 de la mañana, en la que no cabe un alfiler siquiera, con una descarga al estilo de “El Químico”. Se me trastocaron las neuronas.

A esa hora comencé a cuestionarme por mi edad, aunque apenas sobrepaso los 35 años.¿Me habré convertido en una retrógrada o en una ausente de las últimas tendencias de la moda musical? Pensé. Juro que me sentí frustrada de momento.Observé los rostros de los muchachos plenos de goce. Reían. Intercambiaban sobre lo que admiraban en el video. En derredor otros pasajeros hacían gestos de desagrado, de “apaguen eso ya”, pero ninguno objetó a los chicos por los decibeles de aquella música expuesta a como a ellos quisieran.

Ciertamente que la sociedad ha evolucionado y mucho. Que los códigos de comunicación y gustos difieren de una generación a otra y no por ello hay que negar o criticar lo actual. Pero todo tiene un límite y la sonoridad Repa está como dijera Cuquita La Mora, sin momento fijo.

Posicionada de una manera tan sólida que ahora mismo, plena mañana, en uno de los edificios de mi reparto suena con todo esplendor uno de sus exponentes, de cuyo nombre no me quiero ni acordar.

Es tanta la difusión del regguetón repartero, raggamorfa o reparterismo o como se le denomine, que cada noche se reúne un grupo de muchachos y muchachas en la acera de la calle de en frente para, mediante artefacto reproductor portátil, hacer que desfilen por esta pasarela musical toda la constelación representante de este pentagrama.

Y es que este estilo local de la música urbana, uno de los más consumidos, ya marca una tendencia dentro de la sociedad cubana que preocupa, sobre todo por las respuestas de los muchachos cuando se les sugiere que escuchen también otros géneros y cantantes, como ocurrió con los chicos de la guagua.

Ante tanta indolencia manifiesta con el resto de los pasajeros que no le “descargamos” a la música repa, un hombre de mediana edad, que compartía el espacio con los jóvenes les pidió cambiar la música, pues ya la dolía la cabeza y sugirió escuchar algo al estilo de Juan Gabriel. Los muy sosos contestaron que este cantante provocaba más dolor de cabeza y siguieron absortos con su “bullimúsica”.

El asombro fue tal que suscitó comentarios en los más cercanos, quienes sintieron pena y lástima de los muchachos. Mientras en los asientos traseros un grupo de muchachas de uniforme de escuela pedagógica soltaron la carcajada.

Entendí que no soy un bicho raro ni una retrógrada. Simplemente no me agrada la música y no la sigo, no quiero infoxicarme al respecto. Mas cuando en casa tienes un retoño creciendo y absorbiendo todo cuando ve, escucha y lee, se impone saber, conocer de lo que pulula en el ambiente.

Quien es el cantante fue lo primero que inquirí.“El Químico”, respondieron. Y de dónde es? La respuesta vino acompañada de un tono burlesco como “de que planeta viene esta que no sabe que es de La Habana”. Ellos me creyeron una ridícula, atrasada. Lástima que sus horizontes en la música no sobrepasen las tendencias urbanas de letras agresivas, cargadas de violencia y alentadoras del sexo.
Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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Comentarios  

# M@ndy 20-02-2020 21:33
Buen artículo. Las autoridades deberían aparecer en algún momento y tomar cartas en el asunto. Al día de hoy tal parece que las leyes existen para regodearse en un abultado folleto legislativo. Un autobus, un espacio público, la calle a cualquier hora y en cualquier circunstancia, una parada... en cualquier lugar nos encontramos con un pequeño grupo (en su mayoría jóvenes o no, de cualquier tribu urbana o no) exparciendo su preferencia musical de manera obligatoria y por demás en "modo carnaval". Las leyes existen. Me pregunto cómo se aplican? Cuándo se aplican? Quiénes las aplican?
Ya es bastante tolerar la verborrea multicolor de las ¿letras? en estas populares madejas ¿musicales? Me hice la misma pregunta que usted, estimada Yanela, si siendo yo tan melómano desde mi más remoto recuerdo de vida, me estaría convirtiendo en un retrógrado y mal crítico de la actualidad... pero mi sobrino me pidió ayudarlo en un trabajo de inglés donde debía describir a un deportista, actor o cantante; cuando le pregunté a quién quería describir me contestó que a Anuel. Le confieso que sentí pena por las nuevas generaciones. Y comprendí de paso que no somos retrógrados. Somos intolerantes a la mediocridad humana.
Saludos.
M@ndy Portelles
https://mandy69.cubava.cu/
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# Pedro 21-02-2020 10:03
las nuevas generaciones son trangresoras de las modas, música, costumbres..... así ha sido siempre, recordemos que el danzón en su momento fue todo un escandalo; pero lo actual es alarmante, no solo se transgreden las modas, musica, costumbres.... tambien al sentido común.
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# Aficionado 26-02-2020 12:47
por favor que no es cuestión de época ni de modas es de gustos y preferencias pero sobre todo de sentido común no es menos cierto que hay canciones reparteras que se pueden disfrutar pero hay otras las mayorías son ofensivas y discriminatorias deberían meter multas por contaminar el medio ambiente con ese tipo de disparates musicales
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# HOLGUINERO 25-02-2020 08:36
Creo que no es solo que nos ponemos viejos, recordar que en nuestro tiempo cuando Los Beatles eran la moda con el pantalón corte recto o tubo fuimos criticados incluso en algunas becas se catalogaba como diversionismo ideológico.Los jóvenes se parecen mas a su tiempo que a sus padres En la actualidad independientemente del escándalo en los medios de transporte o en la calle con los BICI es mas preocupante la LETRA de las canciones que en muchos casos van contra la mujer o la familia (contra de lo que predica nuestra sociedad ) y lo mas doloroso es que a ELLAS les gusta y son participes en la propagación . Si montas en una GUAGUA y el chofer esta contento tienes que oír lo que a el le gusta y en el tono que el desee.
Recordar las palabras de nuestro Presidente en cuanto a la necesidad del buen gusto cuestión que se carece en la actualidad por diferentes motivos , pero todos , de una forma u otra nos acordamos de las leyes cuando estamos afectados o implicados y en Cuba hay leyes para todo lo que pasa es que no se cumplen . Ademas hay problema con los que tienen por funciones hacerlas cumplir. Esperemos y tenemos fe que se corrijan estas indisciplinas . Yo escribo y doy mi opinión con la fe que entre los lectores estén las personas que debe de trabajar para mejorar estas situaciones de nuestra sociedad y actúen para mejorarla antes que sea tarde
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# anthony 04-03-2020 07:27
tengo 29 años y parezco un viejo comparado con los gustos de los adolescentes de ahora. Es cierto que esa es la moda ahora pero aun así no hay razón para tener la música todo volumen en las gua-guas.
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