¡Modelos!
- Por Jorge Suñol Robles
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Esto podría funcionarle varios temas musicales. Por lo popular, el Daddy Yankee con su Pose, la Madonna con su clásico Vogue, o una menos conocida de la española Beatriz Luengo, con su Chicas de revista. Para que se me me acomoden un poco, busquen su mejor ángulo y posen, casuales, en exteriores mejor, con una “perra” pinta. Tírense miles de fotos, modelen, escogan la mejor, y postéenla. Sí y como casi todos serán “influencers” en menos de una hora tendrás cientos de reacciones (e imitaciones).
Vaya, para que me entiendan mejor, hablamos de moda y redes sociales, se puede decir, de fotos y popularidad. Que parece un tema trivial, inofensivo, emocionante, apasionante, pero detrás hay todo un mecanismo inexacto, una competencia cruel y salvaje, los represores y los reprimidos, los destacados y los resagados, la actitud, el éxito y el fracaso. Hay una estructura que se repite, se recicla, se desecha, se mezcla, como la moda misma.
Hablar del tema en Cuba años atrás sería burla. Aún cuando el fénomeno de las redes sociales e Internet era emergente y la moda, más allá de la guayabera, eran caminos inciertos y pocos explorados. Pero hoy el panorama es distinto. Hay diseñadores reconocidos internacionalmente, con un trabajo intencionado y bien concebido, acorde a nuestro clima y contexto, hay marcas que han visibilizado la imagen Cuba de una manera fresca, desenfadada, juvenil. Se puede decir, la Isla y los cubanos están poniendo su sello en este sentido. Claro está, no nos podemos quedar atrás.

De manera paralela a este desarrollo, los modelos, o los que se creen modelos, se han abierto caminos y han colaborado con prestigiosas compañías y campañas promocionales de diversos tipos. Ser modelo en Cuba, se ha convertido, para no pocos, en una forma de vida. No hacen más nada, solo posar, verse lindos, ir al gimnasio, mantenerse, mostrar actitud, ir por hoteles, fiestas VIP, invitaciones por doquier. Esa es su rutina, su trabajo, su sistema.
Y nada de esto es criticable. Si tienes talento, por aprovéchalo. Si te gusta la pasarela, déjalo todo mientras caminas, si prefieres la fotografía, pues transfórmate frente a las cámaras. Sin embargo, no todo parece tan fácil, no es apretar el obturador y hacer magia, con edición incluida. El fenómeno se vuelve más complejo cuando la moda, como trabajo, no se toma en serio. Cualquiera que tiene una cámara no es fotógrafo, la ropa cara no significa buen vestir.
No voy a juzgar, ni poner en duda sobre si el modelaje es una carrera, para mí, personalmente, no lo es, pero para otros, sí. Lo que criticaré siempre es que si te vas a dedicar a este mundo, prepárate, estudia, investiga, busca referencias, innnova, sé original.

A ello le sumamos que si hacemos un estudio en las descripciones de los perfiles tanto en Instagram como en Facebook, tendremos, de seguro, miles de modelos falsos, que se lo creen porque se hacen fotos bonitas, por su posicionamento o porque usan los populares hashtag model, cuban model, top model, y otros de esa familia. Que manía tiene la gente.
Las preguntas son: ¿de qué agencia, de qué marca, cuál es su historia? Existen ya publicaciones especializadas en el tema como las revistas Garbos y Vistar, que han impulsado sobremanera el mundo de la moda en el país, y que destaca modelos populares con miles de seguidores en Instagram, pero que sí tienen ya una carrera, un trabajo consolidado. Bien por ellos.
Todos en la vida usamos patrones, referencias, que nos dan un estilo, una personalidad, un swing. La cuestión radica en cuando vemos una y otra vez lo mismo. La moda, o bien te hace único, o te tira para uno más del montón, para el cliché.
Y este quizá sea un texto fuera de moda, porque le falta color, estampado, técnicas, tendencias, signos y símbolos. Pero se escribe desde una pose cómoda, natural y hasta descalza y sin maquillaje. Eso sí, como mucha actitud. Al final, de eso se trata ¿O no, modelos? Queda tela por cortar.
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