Tristeza, ¿es útil?
- Por Hilda Pupo Salazar
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La tristeza no es depresión o viceversa puede ser una experiencia útil para diferenciar estas emociones.
Una congoja es parte de las disparidades de la existencia, incluso hasta cuando se espera lo mejor llega lo contrario con desconsuelo, en cambio durante una depresión la intensidad del malestar es mayor y sostenida.
Ambas tienen sus especificidades: la primera es una emoción de perturbación por disímiles situaciones, la segunda un trastorno de salud mental abrumador y continuo.
Puedes, durante un estado de desconsuelo, mantener emociones positivas y autoestima normal, todo lo contrario cuando es depresión.
La tristeza llega según su origen y, a la vez, aparece o desaparece sin dañar la labor diaria, mientras la depresión trae fatiga, alteraciones en el apetito, sueño con prolongación en el tiempo y sus síntomas, no siempre, tienen una causa evidente.
Un desasosiego puede transformarse en una emoción valedera, incluso dolorosa como por ejemplo romper una relación u otros sucesos que generen sufrimiento, todo lo cual puede ayudar a aprender de los errores y a asimilar las pérdidas, según los grados de intensidad.
Puede ayudarte a descubrir qué sucede y exigir apartar lo negativo, para poder soltar la carga emocional que perturba tu correcto estado de ánimo y tomar conciencia de tus actos.
Entonces estar triste no significa que no estés lidiando con una situación, pero al aceptarla y determinar continuar adelante puedes adaptarte, aceptar, concentrarte, perseverar y crecer.
De acuerdo con estudiosos, quienes están deprimidos son más propensos a desarrollar enfermedades cardíacas. El síndrome del corazón roto es una variante más repentina, que se presenta cuando se sufre una angustia emocional grave.
En el caso de la tristeza las señales más evidentes son: llanto, languidez, apatía, debilidad, inmovilidad, insensatez, nerviosismo y hasta decaimiento moral, como un estado mental relativamente pasajero y la depresión es un trastorno psicológico.
Para el Papa Francisco: “Sentirse triste, decepcionado o avergonzado de uno mismo a veces es normal e incluso puede llevar a la conversión, pero cuando la gente se regodea en su tristeza se convierte en un vicio peligroso.” Paulo Coelho de Souza, novelista brasileño: “Las lágrimas son palabras que necesitan ser escritas”. Víctor Hugo, novelista francés: “La melancolía es la felicidad de estar triste.” Martin Heidegger, filósofo alemán: “La angustia es la disposición fundamental que nos coloca ante la nada”. Sören Aabye Kierkegaard, filósofo danés: “La angustia es el vértigo de la libertad” y Simone Weil, filósofa francesa: “Al luchar contra la angustia uno nunca produce serenidad; la lucha contra la angustia solo produce nuevas formas de angustia.”