¿Por qué no vale mi dinero?
- Por John Alex Fernández Leyva
- Hits: 1708
Una situación que antes no era visible se está volviendo cada vez más común en algunos comercios y empresas de la provincia: los billetes de baja denominación, aquellos de 10, 20 y 50 pesos, así como las monedas de un peso, que aún tienen valor porque son de curso legal y deberían ser aceptados sin problema, están siendo rechazados de manera sistemática por comerciantes minoristas y empresas.
¿Cuándo dejaron de circular estas denominaciones? Precisamente esa fue la interrogante que la pasada semana le hizo nuestro compañero de trabajo y fotógrafo Elder Miguel Leyva Almaguer a un chofer de ómnibus perteneciente a la empresa Transmetro que se dirigía al Aeropuerto Militar desde las inmediaciones de la ciudad, negado a aceptar el pago con 5 monedas de un peso alegando que la recaudadora de esta entidad lo prohíbe.
Sobre el efectivo que circula en nuestro país se encuentra estipulado en la Gaceta Oficial y en las normativas del Banco Central de Cuba (BCC) que todas las denominaciones tienen valor de uso desde el kilo hasta el billete de mil pesos, que en los últimos años ha ido en ascenso por necesidades del territorio.
Sin embargo, en algunas entidades no se aceptan billetes o monedas de bajas denominaciones argumentando que debido a los precios no son fáciles de manipular. En tal sentido, el Banco Popular de Ahorro (BPA) aclara que para todas las entidades, personas jurídicas y actores económicos está regulado que este tipo de monedas se pueda recepcionar. También en estados deteriorados, siempre y cuando el billete esté completo, manteniendo toda la textura al igual que las monedas de un peso.
Saily Sucel Ochoa Corney, jefa de efectivo y caja en la dirección provincial del BPA comentó: "Los organismos no tienen orientación del banco, ni ninguna norma sobre las monedas o billetes de baja denominación, al contrario todos pueden venir con su depósito según las diferentes mensualidades estipuladas en su contrato y se recibe".
Además explicó: "Hasta ciertas medida es verdad que se dificulta para estos actores y empresas contar varias alpargatas de billetes de cinco con un cómputo de cinco mil pesos a hacerlo de cinco billetes de mil, pero realmente estamos en la obligación de aceptar todo el que el cliente nos presente para hacer su compra o prestar servicio".
El BCC crea altos montos en un solo billete para no circular demasiados de baja escala, pero el país seguirá imprimiendo y poniendo a disposición de la población según la necesidad que posea en el momento. Al crear los billetes surge una normativa que da a conocer el tipo y denominación, desde ese momento tienen valor legal todos los tipos de moneda del peso cubano existentes en el país.
Lo más curioso y preocupante es que, a pesar de un cuerpo legal que respalda la manera de actuar en cada caso, en la mayoría de las ocasiones la ley que se cumple es la impuesta en la calle. Esa que se le ocurre a alguien para preservar sus intereses y comienza, poco a poco, a instituirse entre un determinado sector, con consecuencias directas entre la población que vive de un modesto salario y aspira a satisfacer algunas de sus necesidades básicas.
Deliberadamente se viola el derecho de los clientes a decidir la manera de pagar, tanto con cualquiera de las denominaciones que están en el cono monetario del país como los canales de pago electrónico establecidos. Y, ¿qué sucede? Como tantas veces, se impone la ley del más fuerte.
Que muchas personas ganen su dinero honradamente y decidan emplearlo como deseen no puede ser un obstáculo para los que se levantan todos los días a impulsar la vida económica y social del país. Debería ser ocupación permanente de quienes controlan los procesos que cuestiones como estas no se acumulen y desvirtúen lo establecido.
Comentarios