Peligro de las personas falsas
- Por Hilda Pupo Salazar
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La falsedad lesiona la autoestima y erosiona la vida de quienes la sufren, sino se es capaz de lograr un estado de alerta, puede caerse con facilidad en ese peligroso fraude.
Con tremendo maquillaje los hipócritas camuflan sus perversidades, al crear una actuación que hasta parecen ser la mejor compañía para cualquier situación, pero luego te estrujan el corazón.
Para lograr esos propósitos pulen con esmero el estilo de la actuación, según cada momento con comportamientos oportunos y precisos como perfectos bailarines en sus escenarios y, aún más, cuando quieren juzgar a los otros y enaltecer sus acciones son virtuosos.
Es lamentable que cada vez crezcan más los tramoyistas, incluso llegan hasta las estafas y, para confundir, se valen de falacias bien ensayadas, como conocedores del teatro que despliegan, así como otros desvíos éticos.
No siempre es el mismo comportamiento, pero suele ser bastante similar para lograr sus fines, entonces es fundamental descubrir las claves para poder detectarlos e impedir que te dañen.
Pero siempre, como denominador común, son falsos, hipócritas, envidiosos… que están en la familia, vecinos, amigos, compañeros de labores, aunque no albergas dudas sobre ellos, porque los crees buenos y convives normalmente, sin desconfiar.
De ese modo construyes una falsa sensación del conocimiento, con total seguridad que te molesta, con total enojo, si alguien discute lo contrario para querer demostrar la equivocación y prefieres impedir que la realidad te saque de la zona de comodidad en que crees estar.
En diversos ámbitos de las relaciones humanas, a veces, la tendencia es valorar de verdad cundo recibes utilidades.
Algunos aconsejan practicar la metacognición, que es la base del escepticismo saludable y táctico, porque especular acerca de de propio pensamiento es una forma de “higiene mental” reflexiva, que te protege de las falsas creencias y de las prácticas infundadas.
Cada vez más crecen las preocupaciones por quienes actúan con dobleces, falsedades, fingimientos, fariseísmos, cuentos, disimulos, simulaciones, mojigaterías, beaterías, santurronerías, comedias, zalamerías, lisonjas, pamplinas, engaños, deshonestidades, fraudes, todas, según los matices pueden afectarte tanto que ocasionan hasta secuelas psicológicas, entonces lo inteligente es saberte librar de esos escenarios con total sabiduría.
Una mejor sociedad demanda de la franqueza, honestidad, lealtad, con actuaciones correctas, desde los principios, la ética que defienda las relaciones humanas, familia, amistad, compañerismo, vecindad con el más absoluto respeto en todos los momentos.
Según al Nuevo Diccionario Ilustrado de la Biblia Nelson, se define al hipócrita como “el que pretende o finge ser lo que no es. Es una transcripción del vocablo griego hypokriteis, que significaba actor o protagonista en el teatro griego. Los actores solían ponerse diferentes máscaras conforme al papel que desempeñaban. De ahí que hipócrita llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras una máscara de apariencias. Y según Salmos 26:4, es la persona que le gusta vivir simuladamente.
Comentarios
Es normal que las entidades quieran aparentar más de lo que son.
En las buenas prácticas corporativas cuidan de sus imágenes corporativas pero a la vez se cuidas de no respetar a sus clientes..
Pero aquí en Cuba en estos momentos hay bastante hipocresía y simulación respecto al cumplimiento de la ley y demás normas legales.
A principios de este siglo Marcos Portal, en aquellos momentos ministro del MINBAS, gestionó la impresión en Cuba del libro Dirección por Valores. Y lo repartió a cada cuadro de este ministro.
El asunto central de la dirección por valores es reducir la brecha que existe el dicho y el hecho. Al parecer este ministro observó temprano los temas de la hipocresía institucional. O como dice Raúl Castro, la doble moral. Y como dice el, es una barrera de la subjetividad a los cambios necesarios, aliada del inmovilismo en la dirección.
Gracias.
Gonzalo Rubio Mejías