Voto por nuestro futuro

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Cuando se habla de proyecciones para el desarrollo de Cuba, en cualquier esfera, no se puede dejar de mencionar a los jóvenes, como impulsores esenciales. Aportan su dinamismo, ímpetu y disposición, siempre con una actitud innovadora, pero sin perder la autenticidad de los hijos de esta tierra.

En los años de juventud se piensa mucho en el futuro. Diferentes posibilidades de proyectos de vida invaden el imaginario, y pueden ser portadoras de un optimismo que permite avanzar, a pesar de cualquier obstáculo. Creer en que algo puede mejorar es el primer paso para lograrlo.

Precisamente sobre los tiempos venideros se ha debatido mucho en las últimas semanas. Cuba vuelve a respirar sus habituales aires de democracia y los pinos nuevos se impregnan del fervor nacional, a raíz de la inminente elección de los diputados que nos representarán en la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Los medios de comunicación divulgaron, de forma certera, las trayectorias de nuestros candidatos. Ver en la televisión, el periódico, o las redes sociales al compatriota que visitó nuestro centro de estudio, trabajo o zona de residencia para ser uno más del colectivo, hacía que nos sintiéramos parte del proceso.

Los representantes se trasladaron hasta diferentes puntos de la geografía nacional, en correspondencia con el territorio al que respondían de forma directa. Pero ojo, aquí no hubo pancartas que parcializaran opiniones, ni mucho menos se escucharon discursos demagogos llenos de “promesas”, por cumplirse luego de ser privilegiados en las urnas.

El objetivo de sus recorridos fue intercambiar con el pueblo, del que también son parte, y conocer sus particularidades y criterios. Provechosos momentos de diálogo franco fueron propicios para demostrarle al mundo que, cuando existe compromiso y confianza, sobran las campañas electorales.

A las nuevas generaciones se atiende muy de cerca, por eso llegaron a centros educacionales, de diferentes enseñanzas, y diversos barrios. Escuchar lo que piensan y conocer sus aspiraciones es vital, pues constituye un aspecto clave para la continuidad de la Revolución trabajar de la mano con el relevo.

Estamos en conteo regresivo para ese trascendental momento, del cual la juventud también será protagonista: según recoge Prensa Latina, de acuerdo con las cifras divulgadas por la Comisión de Candidaturas Nacional, 94 personas de entre 18 y 35 años forman parte de los candidatos, lo que representa un 20 por ciento del total.

Hay quien vivirá la emoción que significa ejercer el derecho al voto por primera vez, mientras que otros ya son punto fijo, cuando de respaldar la democracia se trata. Muchos participarán como presidentes de colegios electorales, observadores o vocales, con el fin de garantizar la transparencia del proceso.

El llamado es a la unidad. Debemos dejar a un lado diferencias, que provoquen divisionismo. No somos iguales, nuestros pensamientos y formas de actuar tampoco lo son, pero hay algo que tenemos en común, un sello de hermandad permanente: todos somos cubanos. Este 26 de marzo los jóvenes acudiremos a las urnas, convencidos de que, con nuestro voto, decidiremos por el futuro de Cuba.

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