Imprescindibles en la batalla contra el coronavirus
- Por Maribel Flamand Sánchez
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Los grandes proyectos asumidos por el país desde hace más de seis décadas han contado siempre con el apoyo irreemplazable de las organizaciones de masas, “imprescindibles todas”, como las catalogara Fidel Castro, líder histórico de la Revolución Cubana.
Junto a los CDR anda siempre su aliada de mil batallas, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), cuyo principal logro ha sido conseguir el empoderamiento de las féminas, pero también la colaboración determinante para el éxito de importantes misiones de apoyo a la salud pública, la educación, en movilizaciones diversas.
Aseguró también el Comandante en Jefe Fidel Castro que si alguno se preguntara cuál es el misterio de los éxitos de esta Revolución, no podría haber otra respuesta que el hecho de haberse apoyado en las masas organizadas, y los avances en el enfrentamiento a la emergencia sanitaria por la que atraviesa el país a causa de la infestación de la COVID-19 reafirman esa aserción.
El actual escenario impuesto por la irrupción del nuevo coronavirus puso a prueba la valía de estas organizaciones comunitarias. Fueron vías principales para que, a través de barrio debates y audiencias sanitarias, se instruyera a la población sobre las medidas para prevenir la infección y propagación del SARS-CoV-2, cuando el virus era aun una amenaza para el país.
Las féminas asumieron la confección y distribución gratuita de nasobucos para instituciones de la salud, hogares de ancianos, casas de niños sin amparo filial y en el vecindario. La imaginación creadora se diversificó, pues también fabricaron corazones de tela roja, que como muestra de agradecimiento a la batalla que por la vida libra el personal de la salud, se colocaron en paredes y puertas de consultorios médicos y se entregaron en pequeños actos a doctores, doctoras, enfermeras y estudiantes de las ciencias médicas, entre otras iniciativas.
Las brigadistas sanitarias de la FMC apoyan en las pesquisas, en las zonas rurales, mientras otras colaboran en el fregado de frascos para el envasado de hipoclorito y jarabes anticatarrales, la membresía toda es protagonista de los aplausos de cada noche para materializar la gratitud a quienes nos reguardan de los efectos del SARS-CoV-2.
La pandemia del coronavirus también origina una crisis alimentaria mundial, que limita la importación de víveres, realidad más tensa para los cubanos, que también afrontan el arreciamiento del bloqueo norteamericano contra la Isla.
Ante este panorama las organizaciones de masas reaccionan con el incentivo de los patios y parcelas productivas, una de las vías para conseguir el autoconsumo familiar. En algunos sitios se logran producciones significativas de viandas, hortalizas y en la crianza de animales, que permite las donaciones a instituciones sociales y de la salud.
Ahora, cuando a la provincia comienzan a llegar viajeros que quedaron varados en otros territorios dentro del país o en el extranjero, las organizaciones reasumen la posición de guardianas de la comunidad para que dichas personas y sus cercanos cumplan con las medidas de restricción establecidas, proceso indispensable para alertar oportunamente ante la ocurrencia de algún evento que pueda agravar la situación sanitaria de la provincia y el país.
Las etapas de recuperación, cuya realización es ya inminente, exigirán, igualmente, la colaboración en la concientización de las personas sobre la observación de las medidas previstas para cada periodo, así como la alerta oportuna sobre potenciales o reales transgresiones.
La experiencia de vida de estas estructuras, entre las que se incluye la Central de Trabajadores de Cuba, también con contribuciones trascendentales, confirma que no hay desafíos que les impida estar presentes cuando de defender a la patria y el bienestar de su gente se trata.
Desde la vigilancia revolucionaria, tarea fundacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) para defender desde el barrio al naciente proyecto social, algunas de alto riesgo, como la Operación Limpieza con la participación de sus miembros en los batallones de milicias campesinas que conjuntamente con el Ejército Rebelde erradicaron las bandas contrarrevolucionarias encubiertas en el Escambray, hasta otras incontables acciones de beneficio social, económico y político realizadas cuadra por cuadra ilustran la inmensa contribución.
Junto a los CDR anda siempre su aliada de mil batallas, la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), cuyo principal logro ha sido conseguir el empoderamiento de las féminas, pero también la colaboración determinante para el éxito de importantes misiones de apoyo a la salud pública, la educación, en movilizaciones diversas.
Aseguró también el Comandante en Jefe Fidel Castro que si alguno se preguntara cuál es el misterio de los éxitos de esta Revolución, no podría haber otra respuesta que el hecho de haberse apoyado en las masas organizadas, y los avances en el enfrentamiento a la emergencia sanitaria por la que atraviesa el país a causa de la infestación de la COVID-19 reafirman esa aserción.
El actual escenario impuesto por la irrupción del nuevo coronavirus puso a prueba la valía de estas organizaciones comunitarias. Fueron vías principales para que, a través de barrio debates y audiencias sanitarias, se instruyera a la población sobre las medidas para prevenir la infección y propagación del SARS-CoV-2, cuando el virus era aun una amenaza para el país.
Cuando la enfermedad se introdujo en el territorio cederistas y federadas colaboraron en la identificación y apoyo a sectores y familias vulnerables, fundamentalmente, a ancianos que viven solos, a quienes se les garantiza alimentación, atención médica y se les auxilia en cuanto sea necesario.
Las féminas asumieron la confección y distribución gratuita de nasobucos para instituciones de la salud, hogares de ancianos, casas de niños sin amparo filial y en el vecindario. La imaginación creadora se diversificó, pues también fabricaron corazones de tela roja, que como muestra de agradecimiento a la batalla que por la vida libra el personal de la salud, se colocaron en paredes y puertas de consultorios médicos y se entregaron en pequeños actos a doctores, doctoras, enfermeras y estudiantes de las ciencias médicas, entre otras iniciativas.
Las brigadistas sanitarias de la FMC apoyan en las pesquisas, en las zonas rurales, mientras otras colaboran en el fregado de frascos para el envasado de hipoclorito y jarabes anticatarrales, la membresía toda es protagonista de los aplausos de cada noche para materializar la gratitud a quienes nos reguardan de los efectos del SARS-CoV-2.
La pandemia del coronavirus también origina una crisis alimentaria mundial, que limita la importación de víveres, realidad más tensa para los cubanos, que también afrontan el arreciamiento del bloqueo norteamericano contra la Isla.
Ante este panorama las organizaciones de masas reaccionan con el incentivo de los patios y parcelas productivas, una de las vías para conseguir el autoconsumo familiar. En algunos sitios se logran producciones significativas de viandas, hortalizas y en la crianza de animales, que permite las donaciones a instituciones sociales y de la salud.
Ahora, cuando a la provincia comienzan a llegar viajeros que quedaron varados en otros territorios dentro del país o en el extranjero, las organizaciones reasumen la posición de guardianas de la comunidad para que dichas personas y sus cercanos cumplan con las medidas de restricción establecidas, proceso indispensable para alertar oportunamente ante la ocurrencia de algún evento que pueda agravar la situación sanitaria de la provincia y el país.
Las etapas de recuperación, cuya realización es ya inminente, exigirán, igualmente, la colaboración en la concientización de las personas sobre la observación de las medidas previstas para cada periodo, así como la alerta oportuna sobre potenciales o reales transgresiones.
La experiencia de vida de estas estructuras, entre las que se incluye la Central de Trabajadores de Cuba, también con contribuciones trascendentales, confirma que no hay desafíos que les impida estar presentes cuando de defender a la patria y el bienestar de su gente se trata.