Preservar el legado revolucionario

  • Hits: 3144

El fortalecimiento de la unidad nacional, de la ideología socialista, aseguramiento político a las medidas aprobadas y discusión sistemática sobre tendencias negativas en la sociedad cubana son máximas prioridades para este 2024.

Fidel, en su concepto Revolución, alerta sobre "poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional" y la necesidad de generar ideas bien claras y de encontrar fórmulas que preserven el legado revolucionario.

Una vez más hay que asumir esta alta responsabilidad histórica, con nuevas ideas para corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante 2024, en salvaguardia de la independencia y de la soberanía nacional, para la inviolable protección de los intereses del pueblo.

Ya lo define Martí: “La libertad cuesta muy cara y es necesario o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio…La libertad es el derecho que todo hombre tiene a ser honrado y a pensar y hablar sin hipocresías…”, como hacen los cubanos en estos 65 años con su Revolución.

En estos ignotos fenómenos socioeconómicos con diferentes tendencias y elementos con mayor o menor cercanía entre sí, son más peligrosas las perdurantes: burocracia, inercia, indiferencia, conformismo, incapacidad de enfrentar los nuevos contextos, mediocridad, acomodamiento a las formas acostumbradas de analizar, actuar, discernir y procesar los problemas, quienes se niegan a cambiar la mentalidad, que componen esas poderosas fuerzas advertidas por Fidel.

Entonces desde la trascendental unidad nacional hay que desatar, definitivamente, esos y otros nudos denunciados ya en 1988, con el llamado a rectificar errores y tendencias negativas, que no se pudo realizar al llegar, en 1990, el cruento Periodo Especial, que este pueblo abnegado, con su Comandante en Jefe como siempre a la vanguardia venció.

Hay que activar la capacidad de reacción constante y efectiva antes los actuales escenarios con la más amplia y sostenida contribución del pueblo, lo que implica analizar colectivamente, informar, consultar, escuchar…

Como Fidel Castro alerta, en más de una ocasión, las consecuencias de los errores de quienes tienen más autoridad pueden ser muy graves; el mejor antídoto para evitarlas es la participación popular en esas decisiones, debate, análisis y consulta.

Muy acorde con la realidad cotidiana es la afirmación de Manuel Marrero Cruz, primer ministro cubano, cuando afirma: “El aseguramiento político y comunicacional a su implementación y el apoyo de los factores en todas las instancias son claves para brindar la mayor cantidad de información al pueblo, con el objetivo de esclarecer cualquier inquietud.

Desde el primer momento se reitera, constantemente, que el ordenamiento económico persigue el objetivo de beneficiar a todos, tiene en cuenta las necesidades de los más vulnerables y la dirección del país le concede extrema jerarquía a las dudas y opiniones de la población.

Raúl en varias ocasiones reitera este decisivo concepto, que se lo escuché en el 2010 y ahora en su trascendental discurso en Santiago de Cuba sobre la importancia que tiene dejar el espacio a quienes estén en capacidad de aplicar los cambios que necesita el país.

Porque no puede haber ningún obstáculo para "cambiar lo que deba ser cambiado", que anulen la capacidad de reacción ante errores y deficiencias a favor de un sentimiento de frustración en el pueblo, con la convicción que estas disposiciones buscan una distribución justa y equitativa de las riquezas generadas, incentivar la producción y el trabajo para sostener las conquistas sociales, como define Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación.

Este es un año definitorio y como asevera Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central y Presidente de la República: “hay que hacerlo mejor, trabajando duro para producir, crear riquezas y repartirlas lo más equitativamente posible, eso es justicia social y ese es el Socialismo, en un diálogo honesto con la población… vamos a seguir buscando las respuestas en el pueblo, vamos a seguir aplicando la experiencia revolucionaria acumulada y vamos a seguir siendo coherentes con esa historia de resistencia, lucha y emancipación.”

El pueblo de Cuba sabe qué la libertad cuesta muy cara y, desde hace 65 años, patentiza su decisión de mantenerla.

Artículo relacionado:

Unidad: nuestra principal arma estratégica

Author: Rodobaldo Martínez Pérez
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Máster en Comunicación Social, autor del blog Holguín Ahora.

Escribir un comentario