La “estrella” de Calixto

  • Hits: 5212

En la céntrica casa ubicada en la intersección de las calles San Diego y Rosario, hoy Miró y Frexes, el 4 de agosto de 1839 le nacía a Holguín uno de sus más valiosos hijos y a Cuba, un héroe excepcional. Suelen contar los cronistas que, incluso pocas horas después de dar a luz, Lucía intuyó que su hijo Calixto estaba destinado a la grandeza.

Y no le fallaría aquel instinto a la madre, quien lo educó desde pequeño con firmes valores morales y patrióticos. No sería entonces una sorpresa para nadie que, con 29 años y una familia propia ya construida, Calixto anteponga su deber con la Patria y se alzara en armas en 1868, pocos días después de iniciada la Guerra de los Diez Años.

Aquel levantamiento fue junto a Donato Mármol en la finca Santa Teresa, de Jiguaní. Participó también en la toma de Bayamo y en su posterior defensa. Ya para noviembre de ese año, apenas a un mes de iniciada la Guerra, fue ascendido a coronel.

En aquellos años de lucha, se destaca por su sólida formación militar, adquirida de manera autodidacta, y especial trascendencia tiene el pasaje que narra cómo prefirió quitarse la vida antes que caer prisionero. Sin embargo, no muere en esa ocasión y, al contrario, la marca de su “estrella” en la frente simboliza su camino a la inmortalidad, al consagrarse como una de las figuras más relevantes de las luchas mambisas y ganándose el epíteto de General de las Tres Guerras.

Diversas son las anécdotas que describen el carácter impulsivo de Calixto García, aspecto que más de una vez le provocó contratiempos; no obstante, él generalmente salía airoso por su carisma y franqueza.

Austero y rígido en la práctica de la disciplina, mientras el General imponía el respeto a la jerarquía y a las normas militares, también se caracterizaba por hacer gala de su vena humorística innata hasta con sus subalternos. Con la misma entereza con que enfrentó injusticias y expresó con fuerza su criterio, dio alegrías y consuelo al compañero y amigo.

El fracaso de la Guerra Chiquita, de la cual fue principal artífice, no disminuyó sus ganas de luchar por Cuba y por eso, en 1895, respondió de inmediato al llamado de José Martí para la Guerra Necesaria. Pese a sus 56 años años de edad, una salud quebrantada por las heridas y los prolongados periodos en la manigua, Calixto García volvió a brillar como estratega mambí.

En la nueva contienda, empleó con éxito la artillería y sus operaciones se caracterizaron por utilizar los métodos tácticos y estratégicos del uso combinado de la caballería, la infantería y la artillería, del cerco en la toma de ciudades y fortificaciones.

Su magnífica trayectoria revolucionaria quedaría coronada con la histórica muestra de dignidad y patriotismo plasmada en la carta al general estadounidense William Shafter, en respuesta a la negativa de dejar entrar las tropas cubanas a Santiago de Cuba, bajo el pretexto de impedir supuestas acciones de venganza de los mambises.

“(…) no somos un pueblo salvaje, que desconoce los principios de la guerra civilizada; (...) respetamos demasiado nuestra causa para mancharla con la barbarie y la cobardía”.

En cada palabra, el General holguinero dejaba el legado de su entrega a la causa independentista y el total desprecio a la actitud interventora e imperialista del Ejército estadounidense.

Tras dichos sucesos, sobrevinieron jornadas de incertidumbre y disyuntivas para la Isla. Con la misión de sentar las bases para las futuras relaciones entre el Gobierno norteamericano y la República de Cuba, resolver los términos del licenciamiento del Ejército Libertador y, ante todo, defender la soberanía cubana, el mayor general Calixto García zarpó rumbo a Estados Unidos.

El bravo mambí, enfermo y cansado, falleció víctima de una pulmonía en aquel país ajeno el 11 de diciembre de 1898, dejando en la Historia de Cuba la huella de su luz inmortal. “Calixto García no necesita encomio: Lleva su historia en su frente herida”, diría José Martí sobre él en una ocasión. “El que sabe desdeñar la vida, sabrá siempre honrarla”.

Artículo relacionado:

A 120 años de su partida Calixto García en el alma de una ciudad

Author: Susana Guerrero Fuentes
MÁS ARTÍCULOS DE ESTE AUTOR
Licenciada en periodismo. Siempre es un buen momento para contar historias

Escribir un comentario