Controlar el asma
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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El asma es una enfermedad pulmonar crónica que afecta a niños y adultos, está caracterizada por problemas respiratorios y de acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud, en 2019, afectó a unos 262 millones de personas y causó 461 mil fallecimientos.
En nuestro país ese padecimiento es frecuente y en ascenso. De acuerdo con estudios epidemiológicos poblacionales a nivel nacional, el asma la sufre el 13 por ciento de la población cubana, aunque los niños (seis a siete años) son los más afectados, con una prevalencia de 31,4 por ciento.
Por su parte, la provincia de Holguín reporta una incidencia de 9,4 por ciento, por debajo del propósito de la nación, aseguró la doctora Rosario Hernández, especialista del Departamento Provincial de Promoción y Educación para la Salud; sin embargo, destacó la importancia de la pesquisa de estos pacientes, para lograr una adecuada dispensarización y control y así evitar episodios graves que comprometan la vida.
Apuntó que en los dos últimos años se reportó un incremento de la mortalidad, en específico al cierre del año 2021 se registró el 60, 4 por ciento, en comparación con el año precedente. El sexo masculino aumentó el número de muertes y exhibió el mayor riesgo.
Los adultos mayores tienen la mayor probabilidad de morir por esta causa, aunque es significativo señalar el reporte de fallecidos en edades prematuras, grupo de 30 a 69 años y como problemática fundamental está la demora en la búsqueda de atención especializada, en unidades de salud, ocurriendo el 45 por ciento de las muertes en el domicilio.
Los principales factores de riesgo en orden decreciente que se asocian al asma son: rinoconjuntivitis, rinitis, eccema, enfermedades alérgicas y el tabaquismo en familiares o enfermos, entre otros.
Esta enfermedad pulmonar crónica es la tercera causa de atenciones médicas en instituciones de salud (más de un millón) y la tercera causa de egresos hospitalarios, por lo que los costos son elevados tanto para el sistema nacional de Salud como para las familias.
Entre los proyectos de intervención que se desarrollan en el país para contrarrestar el asma está el de las "Escuelas de niños y adolescentes asmáticos", a las que asisten cada año cientos de infantes, familiares, profesionales de la Salud y profesores/maestros, con vistas a elevar la educación en el manejo y control de la enfermedad.
Los episodios más recurrentes y síntomas son la fatiga, pitos o silbidos al respirar; tos y sensación de opresión en el pecho. En el asma, los bronquios se encuentran inflamados y debido a ello son muy sensibles a determinados agentes ambientales llamados desencadenantes.
En las personas susceptibles, los ácaros del polvo, pólenes y el pelo de gatos, los virus respiratorios, el humo del tabaco, el ejercicio físico, ciertos medicamentos y algunas substancias químicas provocan la inflamación de las vías aéreas.
Los bronquios inflamados se vuelven más gruesos y son muy sensibles a los cambios ambientales, ante los que responden estrechándose, apareciendo entonces los síntomas y los ataques o crisis de asma.
En este último caso, los síntomas se acentúan cada vez más y la respiración se hace difícil debido a que el gran estrechamiento de los bronquios limita la entrada y salida de aire a los pulmones.
Entre las medidas para la prevención de esta enfermedad respiratoria los especialistas recomiendan lavar la ropa de cama (frazadas, colchas) cada una o dos semanas; cubrir las almohadas y colchones con nailon; ventilar la habitación para reducir la humedad, prescindir de cortinas, alfombras y peluches; limpiar las superficies de muebles y otros con un paño húmedo e impedir la entrada de mascotas en los dormitorios, entre otras.