La construcción de Rafael

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Rafael Torralbas es director adjunto de la Empresa de Ingeniería y Diseño Vértice de Holguín. Fotos: Carlos Rafael
 
Lo conocí este diciembre. Llegué a su oficina y luego del saludo intentó convencerme de que él no era el indicado para la entrevista a propósito del Día del Constructor en Cuba, porque “hay mucha gente consagrada que merece salir en el periódico”. 
 
Pero mi encargo era preciso, y con el peso de sus 45 años de trayectoria laboral logré mitigar la “resistencia”.
Realicé mis mediciones en la zona. Preparé el terreno con la grabadora apagada y creé los cimientos para el diálogo con Rafael Torralbas Macle, un ingeniero hidráulico de profesión, cuya modestia asomó desde el primer momento.

Con un ritmo pausado y coherente comentó acerca de las experiencias en la etapa de estudiante, cuando la actual Universidad Tecnológica de La Habana (CUJAE) era una facultad de la capitalina Casa de Altos Estudios.

“Fue una época convulsa. Comenzamos el cuarto año de la carrera en 1969, durante el inicio de la zafra de los 10 millones y nos pidieron apoyar esa actividad en el central Antonio Guiteras, de Las Tunas. Terminamos construyendo canales en la zona de Manatí”.

Para El Torres, como cariñosamente lo llaman sus compañeros de trabajo en la Empresa de Ingeniería y Diseño Vértice de Holguín, de la cual es director adjunto hace varios años, “la vinculación estudio trabajo no se debe perder”.

Al concluir la carrera recibió la tarea de impartir la asignatura de estructuras hidráulicas en La Habana y posteriormente viajó a Santiago de Cuba para atender el departamento de Ingeniería Civil, en la Facultad de Construcciones, lo cual contribuyó a consolidar conocimientos.

“La docencia reconforta porque creas una relación directa con los estudiantes. Fue complicado debido a la falta de experiencia, pero tenía cierto entrenamiento de cuando trabajé en la Escuela de Monitores”, explica.

Construir a lo cubano

Con los giros de la vida y una familia que esperaba ansiosa en su natal Holguín, Rafael regresa. Se incorpora a la ya desaparecida empresa de Desarrollo Agropecuario del País e inició una rica trayectoria que no cesa.

“Asumí la dirección de proyectos en la región oriental. Hubo un volumen amplio de construcción de canales, sistemas de riego y presas como el embalse Protesta de Baraguá en Santiago y la presa Gibara”.

El ingenio de Rafael, quien fungió durante algún tiempo como Delegado de la Construcción en Holguín, se encuentra en reconocidas instalaciones del Polo Turístico holguinero, entre ellas el hotel Pesquero, el Iberostar Holguín y Hotel Yuraguanal. Este último, comenta, “fue interesante, porque experimentamos, entre cubanos, determinadas modalidades en la contratación, al estilo de empresas foráneas”. “Estamos haciendo hoteles a lo cubano”.

"Me gustaría que se extendiera a las ciudades cubanas la eficiencia, la calidad, la estética con que se labora en muchos proyectos".
 
Siente un profundo orgullo, pues a pesar de las limitaciones el resultado es significativo. Es apreciable la ampliación del Blau en Pesquero y el Centro Comercial de esa zona, además de la red vial, soluciones de acueducto, alcantarillado y viviendas en la comunidad de Melilla.

“La obra es el centro de nuestro trabajo. Todos los que elegimos el camino de la construcción queremos estar a pie de obra. Pero esta se compone de muchos elementos y cada uno debe quedar en su justa medida.

“El proyecto es la concepción inicial. Los grandes ahorros en la economía de una inversión radican en la etapa de la planeación, concepción y diseño. Después solo resta ejecutarlo bien en el tiempo previsto”.

En ocasiones, a manera de aclaración urgente, Rafael explica que esos trabajos no son suyos, sino de un gran equipo en el cual es una pieza más. Acepto la acotación, de igual forma, es el Día del Constructor, y un edificio no se levanta con dos manos. El Torres fue “el elegido”. Mas se impone el reconocimiento a todos, desde el conductor que transporta los materiales hasta el albañil que hace tangibles las ideas de un proyectista.

Lejos de los programas de desarrollo del turismo en nuestra provincia el pueblo holguinero también puede palpar y sentir la creación de este ingeniero hidráulico que añoraba la ingeniería civil.

Edificaciones representativas como la Fábrica de Cerveza, el Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, el Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez Landín, llevan la esencia de Torralbas.

Vértice es el centro

En cuanto a cómo avanza Cuba en materia de construcción, de acuerdo con su experiencia asegura: “Tenemos dificultad con la tecnología y eso es fundamental. Un constructor cubano está obligado a trabajar con lo que tiene, no con lo que hace falta. Sin embargo, se logran maravillas. Un ejemplo de eso son los edificios cercanos al reparto Sanfield, en Villa Nueva III”.

No obstante, reconoce que el país avanza, pues su empresa experimenta métodos de trabajo y tipologías de contratación que incluye el diseño-construcción, precio por acuerdo, llave en mano y planificación financiera. “Así se construye en el mundo”.

Vértice distingue en el sector como una empresa especializada en la concepción de diseños y administración de las ejecuciones. Surge con el fin de ofrecer un servicio más completo a los clientes. “No tenemos fuerza de trabajo directa, ni equipos, pero los subcontratamos y somos el centro de la obra”.

A 45 años de construcción, su vida no se detiene, aún quedan metas y anhelos. “Me gustaría que, a pesar de las insuficiencias, se extendiera a las ciudades cubanas la eficiencia, la calidad, la estética con que se labora en muchos proyectos”.

Holguinero siempre

Sin dudas, ha tenido un recorrido profesional intenso, marcado por viajes de trabajo, cursos, reuniones, diplomados, dentro y fuera de Cuba, y en esos contextos la familia desempeñó un papel importante. “Recuerdo el apoyo constante de mis padres en mi formación. Tengo tres hijos maravillosos y unos nietos que adoro”.

Desde La Habana, Santiago de Cuba, México, Islas Canarias y Rusia siempre se sintió holguinero y cubano, confiesa. De Holguín le gusta todo, la gente, los amigos, la cultura. Por eso regresaba. Por eso se mantiene aquí, en este pedazo de tierra lleno de sueños, misterios y alegrías.

La ciudad cubana de los parques seduce, atrapa y enamora. Cuando se refiere a su pueblo natal se le ilumina el rostro y escapa una sonrisa. Entonces se anima más y confiesa: “Me gusta ir a fiestas. Escuchar música. Bailar. Comer algo sabroso. Salir a pasear y sentarme en el parque con mi esposa. Eso es parte de la vida”.

Luego de una hora, quizás más, de una conversación mediada por la fluidez del ingeniero y la insistencia de la periodista aferrada a cumplir la encomienda, expresó: “eso ya está listo” y respondí, “ahora viene lo más difícil”. Tenía el proyecto, faltaba ejecutar la obra.
 
 
Author: Darianna Mendoza Lobaina
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Soy amante de las artes, el café y la poesía. No me gusta la cocina, pero creo que cada palabra tiene su propio sabor, y los textos hay que sazonarlos bien.

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