El abrazo de Esperanza a la Ginecobstetricia

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Foto: Alexis del Toro

Esperanza Garrido Pérez es su nombre de pila, pero a ella la conocen en Buenaventura y todas las comunidades del municipio de Calixto García como “la madre de la Ginecobstetricia”.

Así la presentaron hace unos días al hacer su entrada risueña y con su traje blanco e inconfundible cofia en el hospital municipal Nicodemus Regalado, donde lleva más de cinco décadas atendiendo a embarazadas y recibiendo niños, una vez graduada de enfermera general, primero y después de licenciada.

“Cuando la zafra de los 10 millones me fui a estudiar al hospital provincial universitario Vladimir Ilich Lenin. Allí obtuve mi primer diploma de esta profesión, posteriormente hice la licenciatura y más tarde la especialidad de Ginecobstetricia, que he abrazado con pasión y sin nunca mirar atrás, por eso quizás me han cambiado el nombre y yo contenta, pues es señal de que lo hecho hasta ahora valió la pena”, afirma satisfecha.

En las salas de embarazadas y puerperio y la Unidad de Partos del “Lenin” dice haber aprendido todo o casi todo lo que sabe. “Esa es una escuela, porque allí por lo regular van los mejores especialistas y también por el ritmo de trabajo, se hacen muchos partos y las gestantes con mayores complicaciones ingresan ahí”.

Esperanza vive justamente frente al hospital Nicodemus Regalado y en esa institución se jubiló y volvió a recontratarse a la altura de sus 71 años de edad, porque se siente fuerte, apta para seguir aportando y con toda la vitalidad posible para continuar siendo enfermera ginecobstetra.

“Disfruté mucho ayudar a nacer a los niños. Se imagina cuántos, son incontables. Fíjese a la madre del director de nuestro hospital la vi nacer aquí y después a él, entonces debe calcular que medio pueblo de ʻCalixto Garcíaʼ pasó por mis manos”, resalta.

Por eso ella disfruta los miles de miles que hoy son médicos, enfermeras, militares, ingenieros, campesinos, que cuando la ven la llaman y agradecen. “Si voy en un carro me dicen: ʻSeño, venga, siéntese aquí que usted fue la que me recogió a míʼ. Eso es bello”.

La enfermera recuerda con nostalgia que en este hospital municipal se hacían muchos partos, pero desde el reordenamiento y compactación de los servicios en el sector de la Salud Pública, el salón no fue certificado, por lo tanto todas las embarazadas del municipio son remitidas al hospital Lenin próximas al término de la gestación; aunque a veces no da tiempo porque llegan en trabajo de parto y deben asistirlas en el centro. Este año han realizado cinco, todas las madres y los niños sin problemas.

“Ayudar a traer niños al mundo me apasiona. A veces nacen deprimidos y me gustaba reanimarlos, hacerle todos los cuidados y sentir ese llanto bello del recién nacido, es como un canto a la vida, es sentir que una vuelve a vivir”.

“Llevo 52 años de trabajo. Ya estoy jubilada, pero me reincorporé, porque todavía me siento útil para prolongarme en la vida útil. Cuando me sienta que ya estoy un poco decaída, entonces me voy para la casa, pero ahora todavía soy útil”.

¿Qué es lo fundamental para realizar un parto exitoso?, preguntamos a Esperanza, quien sin titubear responde: “Lo fundamental, primero, es darle una educación sanitaria completa, tanto a la paciente como al esposo. La incorporación de él en este proceso es vital, porque en la mayoría de las ocasiones las ayudan mucho, así como que participe en el parto, pues ellas se sienten más seguras. Después, todo el seguimiento requerido desde antes de la gestación, preparar a la pareja para concebir en el momento óptimo”.

¿Por qué le dicen la madre de la Ginecobstetricia de Buenaventura?

Ella ríe y acota, que no es solo en su pueblo, porque también “muchos médicos de Holguín y del Pediátrico me conocen por ese sobrenombre”.

“Aquí, nosotras hacemos las dos funciones y, además, de enfermeras pediatras. Entonces donde quiera me dicen así, por los años que llevo en esto. Y no he impartido clases con un pizarrón en un aula; sin embargo, he sido profesora de todos los que han pasado por aquí. Pregúnteles para que usted vea”.

La sugerencia de Esperanza no hace falta materializarla, pues en cada rostro de sus compañeros se aprecia respeto y admiración hacia una mujer que ha sabido abrazar su profesión como lo hace solo una profesional, una madre con sus hijos.


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Comentarios  

# Guest 15-07-2025 16:13
No existen palabras para describir calidad humana de nuestra Chepe.
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# Dora campa 15-07-2025 17:40
Exemplo y guia como pocas,ojala q existan muchas como ella.
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