Holguín convertida en provincia
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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La provincia de Holguín quedó oficialmente constituida a partir de la reorganización político-administrativa de 1976, cuando se multiplicó el oriente cubano en cinco provincias: Santiago de Cuba, Granma, Las Tunas y Guantánamo, junto a nuestro territorio situado en la costa norte de la cabeza del caimán.
Por tanto, este hecho constituyó el detonante que contribuyó a consolidar esta zona como una de las regiones más importantes de Cuba por su desarrollo económico, cultural, turístico, educacional y, sobre todo, industrial.
De la génesis de este acontecimiento, nadie mejor que uno de sus principales protagonistas, Miguel José Cano Blanco, a quien le correspondió el honor de asumir la dirección de la nueva provincia de Holguín y quien, desde septiembre de 1971, había sido enviado acá por la dirección del Partido Comunista de Cuba de Oriente, de la que era miembro desde 1965.
Primero fue designado como segundo secretario y seis meses después sería elegido máximo dirigente de la región de Holguín e integrante del Buró provincial del PCC en Oriente.
Para este banense de nacimiento es fácil recordar. Tiene datos y fechas grabados en su memoria con extrema exactitud. A modo de introducción, explicó que en 1971 Holguín comenzaba a reponerse después de la gigantesca y agotadora campaña nacional por el propósito revolucionario de producir 10 millones de toneladas de azúcar en el país, por lo que era un momento en el que hacían faltan muchos esfuerzos y trabajo para hacer fructificar la zona.
“Había imperiosa necesidad de poner en movimiento la vida en todos los aspectos del territorio, de unos 500 mil habitantes en aquel entonces, con seis centrales azucareros y apenas unas pequeñas industrias, como la vieja fábrica Turquino, la torrefactora de café y algunas galleterías. Así se comenzó la etapa de empuje en 1972, año de despegue en todas direcciones”, acota.
Desde La Habana, donde vive hace más de 35 años, Cano rememora que con la presencia del Comandante en Jefe Fidel se diseña un amplio programa para el desarrollo de la región norte y este de Holguín. “Este contempló desde una panificadora, un módulo educacional de importancia capital para la niñez, juventud y toda la población con círculos infantiles, núcleo fundacional de la Universidad Oscar Lucero, escuela de Medicina, Pedagógico, Espa, vocacional de Arte, Eide, las Esbec, los Camilitos, la Formadora de Círculos Infantiles, politécnicos en cada central; fábricas mecánicas y de la industria de materiales de la construcción; estadio, nuevo centro de la capital, hoteles, estudio de televisión y poligráfico para periódicos, entre otras principales obras fabriles, que llevarían a esta parte de Cuba a convertirse en uno de los lugares más importantes del país”.
“Seis meses antes de la decisión de la nueva división política administrativa, el compañero Fidel me llamó una noche pasadas las 10. En ese preciso instante me encontraba en la oficina de la región de Holguín. Era para invitarme a participar con él en un recorrido por Moa al otro día a las 10 de la mañana.
“Recogí los documentos necesarios y salí. Cuando el avión llegó a Moa, ya yo estaba allí junto a otros compañeros del nivel central y dirigentes de la región minera, que fueron hasta la escalerilla del avión a saludarlo.
“Al percatarse de mi presencia, me hizo una seña para que me acercara. Respondí de inmediato a su petición y debajo del ala del avión me dijo: ʻHoy voy a darle el visto bueno al arranque de las inversiones principales con la URSS, que presentan atrasos, participa y toma notaʼ.
“Dijo, además: ʻHay opiniones en los estudios para la nueva división político administrativa, la que más respaldo tiene es la de unir esta región con la de Holguín y conformarla con las vecinas de Banes. Prepárate, te enfrentarás a grandes tareasʼ.
“En Moa, ese 25 de mayo de 1976 Fidel, junto al Comandante de la Revolución Juan Almeida Bosque, recorrió todas las microlocalizaciones, como la gran plataforma donde hoy se levanta la planta de níquel Comandante Ernesto Guevara, aproximadamente era un kilómetro cuadrado y se movieron millones de metros cúbicos de material laterítico. Esa fábrica, entre estructuras metálicas y equipos tecnológicos, alcanzó las 250 mil toneladas.
“A pie de obra había una expedición de geólogos de la Unión Soviética, a quienes solamente se les veía la parte blanca de los ojos, llenos de tierra roja estaban haciendo las calas en todo ese territorio para iniciar los primeros cimientos.
“Además fuimos al puerto, planta mecánica, presa y conductora; a la potabilizadora, áreas de viviendas, la red de servicios para la nueva ciudad y la base de apoyo para la construcción, donde se iniciarían las obras de la presa Nuevo Mundo, principal fuente de agua para el programa. Quedó como un lago y no olvido que Fidel sugirió que más adelante fuera un sitio turístico para los trabajadores y su familia.
“Primero, él visitó los lugares preconcebidos en su agenda, para con una panorámica general de lo que se hacía y lo que faltaba, efectuar la reunión. Así inició, oficialmente, el programa de obras para el desarrollo minero metalúrgico de níquel más cobalto de Moa.
“Debo puntualizar que todo esto fue posible y más por los miles de miles de trabajadores que participaron. Ellos, que en su momento rozaron los 18 mil hombres, fueron albergados en campamentos. Había que garantizarles lo más mínimo, hasta sus pases a sus lugares de origen y eran de casi el país completo, aunque principalmente de Oriente.
“Terminado ese fructífero encuentro en Moa, salí para Santiago de Cuba para participar en otro encuentro con Fidel y Almeida, delegado del Buró Político al frente de Oriente y mi jefe inmediato.
“Allí conocí otros detalles y precisiones sobre el extraordinario programa inversionista en el que participarían, con mucha entrega, más de 15 mil constructores y técnicos de Oriente y el país”, puntualiza.
“Recuerdo que antes de ese viaje todavía no se sabía cómo iban a quedar las provincias. Unos compañeros estimaban que la parte minera iba a ser una zona especial como la Isla de la Juventud. Sin embargo, ese día del viaje Fidel me planteó que el plan era agregar a Holguín, Banes, Mayarí, Sagua de Tánamo y la región minera con Moa.
“Sería una provincia inmensamente rica con uno de los rubros exportables más importantes del país, después del azúcar. Tendría alrededor de 9 mil km cuadrados y, además, pronto se acercaría a los 850 mil habitantes, después rebasó el millón, y que la propuesta para encabezar ese territorio sería este humilde compatriota. Pueden imaginar cómo me sentí”.
Cano Blanco se toma su tiempo. Me lo imagino con muchos pensamientos y sentimientos encontrados; ordenando ideas, para desde la quietud de su hogar seguir contestando cada una de nuestras interrogantes, que le llegan una tras de otra. Entiendo que no es fácil, hace muchos años, pero él sabe escoger cada palabra, colocar acontecimientos en fechas exactas, recordar nombres y cargos de los que estuvieron a su lado. Un detalle muy importante, él guarda con celo agendas, anotaciones y documentos valiosos de cada reunión, visita o hecho importante… en fin, él tiene mucho por contar…
“Fueron años duros de trabajo continuo, que entre otras obras de gran impacto para el pueblo, permitieron completar la carretera Sagua de Tánamo-Moa, las torres de televisión, emisoras, líneas de doble circuito Cueto-Moa. Todo se inició con plantas de mil kv sobre ruedas, piedras desde Mayarí; gigantescos esfuerzos de los cascos blancos de todo el país, fundamentalmente de las nacientes provincias orientales.
“A un año de la constitución de la provincia, se fueron inaugurando, de manera progresiva, instituciones de alto impacto que se habían iniciado entre 1972 y 1976, de acuerdo con el desafío impuesto por el compañero Fidel, quien controló en detalle la ejecución de muchas, tanto las más importantes, como las colaterales. Entre las primeras la vocacional José Martí (1/9/ 77), con capacidad para 4 mil 500 estudiantes, entre las más grandes del país. La circunvalación se concluyó con este centro escolar; la gran fábrica de combinadas cañeras (26/7/77). Fueron años de un fervor y respuestas del laborioso pueblo holguinero y los dirigentes de municipios y provincia que nunca olvidaré.
“Al compañero Carlos Galbán Vila, quien fuera elegido el primer presidente del la Asamblea Provincial del Poder Popular en 1976, y a este servidor nos correspondió encabezar la comisión para la aplicación de la nueva división político administrativa. La región de Holguín con 500 mil habitantes, más las otras hasta Moa, multiplicaron la provincia, que llegó a duplicar su población, las inversiones, los programas industriales, entre los dos más importantes de Cuba.
“Y como dato curioso y que nos llenó de satisfacción en su momento y todavía lo sigue haciendo, Holguín con sus 14 municipios fue la primera provincia en ganar la sede de un 26 de Julio después de la división político administrativa, en 1979, acto realizado en la Plaza de la Revolución Mayor General Calixto García Íñiguez, lugar que también tiene su historia y hay que decirla en detalles en otra ocasión”.
Miguel José Cano Blanco nos despide a través del Whatsapp, por donde recogimos sus impresiones, sus recuerdos y amor por su patria chica, siempre acompañados de su peculiar tono jaranero, camaraderil, para finalmente sentenciar: “Esta fue una región que se levantó ante la presencia de Fidel, de sus ideas y los holguineros se entregaron con denuedo a echar el terruño para adelante”.
Comentarios
Entre las características de Cano en el trabajo del Partido, sobresale el contacto con la gente, sentarse en el Parque Calixto García y otras partes de la ciudad y en municipios, para conocer de primera mano qué opinaba la población y cuáles eran sus inquietudes, a fin de proyectar soluciones o dar respuestas convincentes.
Resultó una etapa de trabajo con muchos resultados favorables para Holguín. Un período que el pueblo holguinero lo recuerda con mucha satisfacción.
Gracias Lourdes por esa entrevista a Miguel Cano Blanco. Gracias directora del !ahora!, Maribel Flamand, por publicarla.
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