Eternamente bancaria

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Ivette Librada Ibáñez Rodríguez comenzó a trabajar en el sistema bancario de la provincia de Holguín hace 45 años, cuando los procesos eran manuales y el desarrollo mucho más limitado. Desde su posición, ha presenciado avances y transformaciones, recibimientos y despedidas, pues su principal valor ha estado en permanecer, sin importar las circunstancias.

 Eso ha convertido a la actual auditora del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) en un referente de todo lo que se espera de un profesional del sector. Meticulosa y amante del orden, es vista por sus cercanos como un sinónimo de entrega y una consultante obligatoria, debido a su amplio dominio del funcionamiento interno.

“Soy de San Germán y llegué a trabajar al banco de forma casual, por mediación de unos vecinos que laboraban en la sucursal de allá. Estaban buscando personas, me presenté y me aceptaron como auxiliar de contabilidad. Eso fue en 1979, con apenas 19 años.

“Aquella era la sucursal 574 del entonces Banco Nacional de Cuba, pues, en ese momento, no existían Bandec o el Banco Popular de Ahorro”.

Estudiar y trabajar al mismo tiempo fue el principal reto que asumió en su juventud. Mientras transitaba los pasillos como trabajadora, pensaba en la manera de cumplir con los deberes estudiantiles. Aquellos años fueron fecundos y la dotaron de competencias, que pudo perfeccionar en la práctica.

No llegó a la meta esperada, pero, lejos de arrepentirse de lo ocurrido, agradeció la llegada de una misión mayor, que demandó de ella todas sus energías y desvelos: la maternidad.

“Pasé un curso y me formé como técnico medio en Contabilidad, sin dejar de trabajar. Hice las pruebas de ingreso para la universidad y obtuve la carrera de Contabilidad y Finanzas, pero no pude terminarla porque salí embarazada y mi carrera fue ser madre.

“En esos años, recibí diferentes propuestas de trabajo de empresas y organismos de mi municipio, pero nunca las acepté. El banco me cautivó desde mis inicios, debido a su organización y la fuerte institucionalidad con la que cuenta.

“En el banco todo está estipulado y se cumple. Estaba ávida de aprender cosas nuevas y tuve la oportunidad de transitar por casi todos los departamentos y puestos de trabajo, gracias a la paciencia de quienes me enseñaron.

“Me sabía el funcionamiento de la mayoría de las áreas, que han cambiado mucho con los años. En aquellos momentos se empleaban las máquinas manuales, pero luego se pasó a la informatización. Fui parte de ese proceso y de todas las transformaciones que se han hecho, desde 1979 hasta la actualidad”.

En sus puestos de auxiliar de contabilidad, cajero bancario, técnica en operaciones de contabilidad y auditora siempre ha sido un modelo para sus cercanos. En el año 2015 se trasladó con su familia a la capital provincial y, a pesar de que es normal mostrarse temeroso ante los cambios, afirma que se adaptó sin mayores contratiempos.

“Comencé a trabajar en la dirección provincial de Bandec y no me tomó mucho tiempo adaptarme. Anteriormente veníamos a Holguín a cursos de capacitación y manteníamos los vínculos. También participaba con el grupo en auditorías que hacíamos en otros municipios y provincias, así que me acostumbré rápido.

“Somos una institución transversal a la economía de la nación y desempeñamos un papel fundamental. Registramos la contabilidad de empresas y organismos, pues sin el banco no se mueve nada. Bandec tiene presencia mayoritaria en el país y presta la mayor parte de los servicios al sector no estatal y a la población”.

El afecto que sienten sus compañeros hacia ella es recíproco y, al respecto, aconseja valerse del trabajo en equipo para que las tareas se cumplan con mejor calidad y eficiencia. Lograr un buen ambiente laboral es la clave de los resultados positivos.

“Tenemos conocimientos de asuntos sensibles, que pueden constituir secretos bancarios, por lo que las relaciones deben ser buenas para trabajar en grupo y que las cosas salgan bien.

“El banco cuenta con un manual de instrucciones y procedimientos, que pudiéramos clasificar como casi perfecto. El sistema bancario es único y todo lo que se debe hacer está escrito, por eso siempre he trabajado con mucho apego al documento.

“Entiendo mi función como educativa, pues, al corregir a un auditado, lo estamos enseñando. Aprendo de ellos, al mismo tiempo que ellos aprenden de mí. He compartido de cerca con las nuevas generaciones y he tenido la oportunidad de instruir en otros municipios y provincias".

Debido a su trayectoria, ha sido reconocida con los sellos que otorga el sistema bancario a los trabajadores con mayor permanencia. A pesar de que su modestia no le permite sentirse cómoda al hablar de sus logros, compartió que, por su entrega y dedicación, también ha sido agasajada por el Banco Central de Cuba y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Administración Pública.

“Me siento estimulada, pues cada reconocimiento me incentiva a continuar aportando. Pienso que tengo un compromiso con todos mis compañeros y las nuevas generaciones que se nos suman".

Cuando sobran las motivaciones para celebrar el Día del Trabajador Bancario, que cada 13 de octubre convoca al homenaje oportuno a quienes se desempeñan en el sector, Ivette tiene muy claro lo que debe distinguirlos.

“El trabajador bancario debe ser honesto, íntegro y ético. Además, debe estar comprometido con la institución, tener espíritu de sacrificio, sentido de pertenencia y estar abierto al cambio, para tener la capacidad de adaptarse a lo nuevo y hacer bien su trabajo.

“Ser una de ellos ha sido de lo más lindo que me ha pasado en la vida, por lo mucho que he aprendido, las personas con las que he tratado, mis compañeros y mentores. Todos los días aprendo algo nuevo, sin importar que lleve 45 años.

“A las nuevas generaciones les recomiendo que se capaciten sistemáticamente de forma individual, por ser esta la base fundamental para su posterior desempeño”.

Imposibilitada de contener la emoción que significa rememorar parte de su historia, es delatada por las lágrimas de regocijo que se originan al saber el deber cumplido. No se imagina una realidad sin ser bancaria y asegura que, mientras tenga fuerzas, continuará dispuesta a asumir nuevos retos.

“Siempre digo que estaré en mi puesto mientras me sienta apta para cumplir con mis responsabilidades. Tengo muchos deseos de ayudar, aprender y sentirme útil, y nunca quisiera irme del banco”.


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