La bata sanitaria es de uso profesional
- Por Lourdes Pichs Rodríguez
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Distinción, respeto y también seguridad trasmite la bata sanitaria de los profesionales de la Salud. La mayoría de los pacientes frente a esa doctora o médico vestido de blanco en una consulta o en una cama hospitalaria se desinhibe, es capaz hasta de confiarle la más mínima intimidad y preocupaciones sobre su estado general.
Otros objetos identificativos o atributos del galeno son el estetoscopio, espejo de cabeza y el tradicional maletín negro; sin embargo, la bata sigue siendo el identificador por excelencia del facultativo .
Pero no siempre se hace uso correcto de la bata sanitaria al ser utilizadas por algunos en labores no profesionales al llevarla puesta en el transporte público, mercados y en otros disímiles lugares fuera de la unidad asistencial, lo cual conlleva a un riesgo para su salud y la de otras personas, por el peligro de que pueda trasmitir enfermedades.
Hace poco la publicación digital de España, Sanitaria, hacía referencia a un estudio American Journal of Infection Control que reflejaba como “más del 60 por ciento de la ropa utilizada por médicos contiene bacterias potencialmente peligrosas” y, además, señalaba el resultado de otra investigación del Instituto Nacional de Ciencias Médicas de México, donde se destacaba que “las mangas de las batas son el principal vector, ya que los doctores van de paciente en paciente, en consulta, pasillos, y zonas de hospitalización".
Hoy la pandemia de la COVID-19 ha hecho reflexionar a muchos en el mundo sobre la pertinencia de repensar en el empleo correcto de la bata sanitaria, a partir de la facilidad con que se trasmite y la sobrevivencia en superficies del nuevo coronavirus SARS-CoV2, lo cual favorece la transmisión indirecta de la enfermedad.
Hace unos días algunos se alarmaban cuando autoridades del Ministerio de Salud Pública, a partir de la entrada a la nueva normalidad, regulaba la utilización de ese medio y circunscribía su empleo solo en las instituciones sanitarias y en el caso de los médicos de familia, cuya labor se extiende hasta la comunidad, establecía medidas concretas de cómo realizar las visitas de terreno, pesquisa activa y otras labores en su actividad diaria con los pacientes.
Sobre el tema la doctora María Eugenia Escobar Pérez, especialista de Segundo Grado en Higiene y Epidemiología, asegura que “por ser un tema de actualidad y frecuente en la práctica clínica diaria vale la pena rescatar el uso adecuado de este uniforme de frente a la nueva normalidad, que nos obliga adoptar providencias extremas para evitar el contagio”.
La también Máster en Enfermedades Infecciosas recordaba que uno de los orígenes del empleo de la bata sanitaria se enmarca en el contexto del quirófano. “Al iniciarse el concepto de cirugía aséptica, comienza la práctica de esta ropa por parte de los médicos y enfermeras que entras en contacto con el paciente, con una doble función: proteger al enfermo de ser contaminado por el galeno y resguardar al doctor durante el procedimiento. Solían ser de manga corta y de apertura trasera. Hoy la ropa del quirófano ha cambiado su color y modelo, así suelen verse verde, azul o estampadas, pero su empleo siempre tiene que ser exclusivo dentro de los salones”.
“La bata del médico desde el punto de vista práctico, es una barrera mecánica entre él y su paciente; está destinada a evitar la contaminación con microorganismos, de la ropa del profesional, a fin de no convertirlo en un elemento directamente infectante (que puede ser vehículo de transmisión indirecta), es decir, que el médico puede llevar agentes biológicos al hospital y a su vez trasladarlos a la comunidad y a su casa, incluso muchos de ellos resistentes a los antibióticos”, recalcó.
Escobar Pérez de igual forma destaca que “esa indumentaria en los laboratorios está diseñada para proteger la ropa y la piel de las sustancias químicas o agentes biológicos con los que se trabaja en el lugar, por eso es imprescindible que se lleve siempre abrochada y está contraindicado salir de ese recinto con ella, así como registros u otros documentos que han estado en contacto con muestras biológicas, motivo por el cual la bata no debe guardarse en las mismas taquillas que la ropa de calle”.
La Profesora Auxiliar y Consultante afirma que estas orientaciones valen para el personal de enfermería que pasa largas horas en contacto con enfermos y así salen del centro de salud, al igual que otros trabajadores del sector que usan batas sanitarias. “Varios son los escenarios públicos donde es frecuente observar a trabajadores del sector de la Salud con la bata, como elemento distintivo, sin que se percaten que su blancura y pureza pueden, en ocasiones, quedar deslucidas”.
A partir de las orientaciones del Minsap la especialista significa que no puede llevarse puesta esa vestimenta sanitaria fuera del ámbito hospitalario, consulta, policlínico, clínica estomatológica y otras unidades y al salir debe ponerla en una bolsa de plástico, para una vez en la casa echarla en agua enjabonada y, posteriormente, lavar por separado, con las mismas medidas adoptadas con la higienización del nasobuco de tela.
Asimismo los profesionales deben evitar complementos y accesorios por encima de la bata (flores, bufandas, collares, chales), ya que algunos de ellos no se higienizan con la misma frecuencia que la ropa del diario.
“En Cuba los valores están socialmente instituidos en el Código de Ética; es por eso que el uso incorrecto de la bata sanitaria en general, puede constituir, no sólo un irrespeto a la profesión e incumplimiento de los reglamentos, sino una violación de la ética médica”, puntualiza.
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Comentarios
Para eso estan las taquillas donde debe realuzarse el cambio de vestimentas.
Sin embargo, creo que le corresponde a la unidad asistencial, con michisimos mas recursos, ser la que proceda a la higenizacion.