A pesar de la COVID-19, continúan las exportaciones en Holguín
- Por Claudia Arias Espinosa
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La exportación constituye una línea estratégica del Gobierno cubano para disminuir el impacto económico generado por la COVID-19.
“Con fortalezas y debilidades, Holguín continúa siendo una de las provincias con más potencialidades y participación real en esta actividad”, asegura Leonardo Bruzón Reynaldo, jefe del Departamento de Comercio Exterior, Inversión Extranjera y Colaboración Económica del Gobierno Provincial.
Hasta la fecha, de los 42 rubros exportables previstos se captan 36. El descenso es consecuencia directa de la pandemia, el cual se manifiesta en el aplazamiento de negocios; mercados que no dan la seguridad de pago y la imposibilidad de importar materias primas.
Del plan correspondiente a este año, se retiraron los implementos agrícolas que constituyen productos consolidados por la Empresa Mecánica “26 de julio”, así como las tuberías plásticas elaboradas por la UEB Plásticos Cajimaya.
Las entregas de zeolita, a cargo de la planta procesadora ubicada en el consejo popular de San Andrés, disminuyeron debido a los reajustes de su plan de energía; mientras que las de carbón vegetal fueron afectadas por la escasa disponibilidad de navieras. Además, se incumple la entrega de miel de abeja.
“Hoy, por suerte, podemos decir que los 14 municipios están incorporados a la producción y entrega de rubros exportables, y en ese sentido debemos destacar el esfuerzo de los holguineros”, señala Bruzón Reynaldo y a continuación, relaciona los ministerios y empresas más destacados:
“Las entidades pertenecientes al Ministerio de Energía y Minas (Minem), con los productos del níquel y la zeolita, entregan el 53,3 por ciento. Le sigue Azcuba, con el azúcar y el alcohol, que representan el 34,7 por ciento. Y en tercer lugar, la agricultura (11,7 por ciento) que aporta café, carbón vegetal, tabaco torcido…”
Según la información procesada por la Oficina Nacional de Estadística e Información en la provincia, durante este año, hasta el mes de agosto, la producción entregada a las entidades encargadas de su beneficio, clasificación y exportación supera los 600 millones de pesos (cuc).
Bruzón explica que “los rubros planificados no están cumpliéndose en sus producciones físicas; sin embargo, los valores generados superan lo planificado por el Estado. Ello se debe a la propia situación generada por la pandemia: hemos sido beneficiados por precios más altos que los previstos”.
Por otro lado, la provincia cuenta con diferentes productos en desarrollo, los cuales han logrado niveles de exportación, pero requieren un incremento de sus valores.
Entre ellos destacan el ají picante, que durante los últimos años se ha abierto paso en el mercado internacional, y los productos de bambú fabricados por la Empresa Provincial de Industrias Locales Varias.
En el último caso, Bruzón precisa que el cliente español pretendía usar los muebles y separadores en lugares de esparcimiento. Debido a las limitaciones que impuso la COVID-19 a las actividades de esa naturaleza, aunque mantiene el interés, decidió aplazar la compra, por lo que ese rubro se incluye entre los afectados este año.
En pos de favorecer la actividad exportadora, el departamento, en colaboración con la Oficina Territorial de Normalización (OTN), la Universidad de Holguín (Uho) y la Delegación Territorial de la Cámara de Comercio Holguín-Las Tunas, conciben nuevas formas de agregar valor a las diferentes cadenas de productos.
Conscientes de la obsolescencia tecnológica que afecta la capacidad productiva, las limitaciones de carácter financiero y energético, se empeñan en preparar el terreno para atraer la inversión extranjera.
“En esa dirección trabajamos para que nuestras entidades hagan un levantamiento de sus principales necesidades, estudios de factibilidad y propuestas de proyectos para incluir en la cartera de oportunidades del país”.
Además, realizan acciones de capacitación con el objetivo de fomentar la cultura de producir para exportar. Las más recientes se enfocan en facilitar la incorporación de las formas de gestión no estatal a esta actividad económica.
“Con un primer pesquisaje que hicimos a través de nuestros especialistas municipales, identificamos unas 79; pero estamos conscientes de que nos quedamos cortos”, afirma Bruzón.
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