Un parque para una infancia feliz

El parque infantil es un espacio para la recreación sana, el juego e  interacción entre niños, y la realización de actividades al aire libre. En estos tiempos, cuando el universo virtual de las nuevas tecnologías invade el mundo de los pequeños, este escenario público adquiere mayor significación para la socialización y la calidad de vida de los infantes.

En Cuba se vive en medio de enormes carencias materiales provocadas por la compleja situación económica. Sin embargo, con voluntad política, emprendimiento constante, comprensión de las necesidades espirituales de la población, además de la integración armoniosa de economía, cultura, patrimonio y medio ambiente, se puede lograr que los pequeños disfruten de sitios para el esparcimiento.

Por ello, se lleva a cabo en la ciudad de Holguín un programa de remozamiento de parques y su entorno, embellecimiento de otros espacios públicos y mejoramiento de servicios. Recordemos que Holguín es la “ciudad de los parques”.

Si bien todos los parques anualmente deben recibir mantenimiento sobre la marcha; hace ya ocho años que el también conocido como “parque del elefante”, no ha sido beneficiado con reparaciones. 

Al respecto, Mariano García Freeman, subdirector provincial de la Unidad Presupuestada de Servicios Comunales, afirma: “Este año el 1ro de enero recibe una reparación general por el alto índice del deterioro de los equipos y la instalación. Comenzó su reparación el 15 de febrero. La fecha de culminación se estima que sea para el mes de junio. El presupuesto destinado está en la desagregación del presupuesto, se realizan reajustes del valor que va a costar cada obra; un aproximado es 600 mil pesos”.

Además, agregó que una brigada de Comunales, la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) “René Ibarra” es la encargada de las reparaciones civiles; mientras que la Fábrica 26 de Julio se responsabiliza por los equipos recreativos. Por estos días, continúan reparando el “1ro de enero”, y padres y niños esperan ansiosos la terminación de las acciones constructivas en este popular parque.

Por su parte, Elio Rodríguez Cutiño, jefe municipal de Inversiones de la Unidad Presupuestada de Servicios Comunales, asegura que “el ‘1ro de enero’ no tiene un área destinada a la gastronomía, motivo por el cual los trabajadores por cuenta propia se ubicarán fuera de los planos del parque. El único que tiene espacio para vender alimentos es el parque “4 de abril”, suministros que corren a cargo de la Empresa Provincial de aseguramiento al Comercio, una dependencia del Mercado Garayalde”.

El “4 de abril” tiene arrendada la zona donde se venden peces y aves como mascotas. Por iniciativa de ellos, en coordinación con la administradora del parque, se realizan actividades infantiles, aunque pudiera establecerse un convenio de colaboración con la Dirección de Cultura, para sistematizar una programación fija para nuestros niños.

El parquecito ubicado frente al policlínico Pedro Díaz Coello, necesita de una reparación intensiva. A primera vista, impresionan la ausencia de cerca perimetral y la puerta de entrada, la gran cantidad de columpios rotos, la inestabilidad de los cachumbambés, los bancos deteriorados, y los variados indicios de medios recreativos que una vez existieron en ese lugar.

Según Alexander, un padre que jugaba esa tarde con su niño en aquel parque, “los muchachos más grandes, destruyen todo e impiden que los más pequeños puedan disfrutar. Este parque hace tiempo está pidiendo a gritos una reparación general”.

Allí, también se advierte otro peligro: botellas de cristal y otros desechos sólidos entorpecen el juego de los infantes en el entorno del parque, y pueden provocar lamentables accidentes. Conviene entonces, prever también desde el inicio de las acciones constructivas, la ubicación de cestos o recipientes para depositar la basura.

Victoria se mudó para Vista Alegre con su niña pequeña, y pudieron disfrutar del parque recién reparado: aparatos recreativos bien pintados, jardinerías, cercas perimetrales. Sin embargo, comenta que este sitio infantil ya exhibe otra realidad: “Los propios habitantes de la comunidad son quienes han dañado este parque; los padres no controlan a los hijos y son permisivos ante el maltrato hacia los equipos. “Yo siempre le enseño a mi hija que debe cuidar su parque, porque, de lo contrario, no tendrá donde jugar con sus amiguitos”.

En el conocido “Parque de los Chivos” hay evidencias de que fue objeto de reparaciones hace poco tiempo. La pintura aun fresca de los medios recreativos, así lo revela. Sin embargo, el estado de las cercas perimetrales y la ausencia de las puertas de entrada, asombran a los vecinos de este lugar. Un señor asegura que “no hace seis meses que repararon el parque, y los mismos muchachos, sobre todo, los adolescentes, son quienes han roto las cercas, brincando por encima de ellas para entrar al parque; además de que hay personas que se las llevan para su casa”.

La indolencia y las indisciplinas sociales son conductas que repercuten negativamente en las condiciones de la infraestructura de los parques infantiles y su entorno. Proteger lo que tanto dinero y empeño le cuesta al Estado, y enseñar a niños y adolescentes a comportarse de manera adecuada en estos espacios públicos, para cuidar la propiedad social, es responsabilidad de todos. Ante la ausencia de guardaparques, la comunidad debe convertirse en la principal celadora de los parques infantiles ubicados en barrios holguineros.