Al numeroso grupo de personas, que cada día se dan cita frente aquella oficina, con mayor parsimonia del mundo Javier les orienta: “Al entrar se dice buenos días señora o señor; permiso, gracias. Nada de ‘oye tú’, ‘ven pa´cá’, ‘mija o mijo’, ‘mira al tipo ese’, ‘tía o tío’, no se silba y se espera a que les manden a pasar”.

Hay tres frases preferidas para ilustrar la solidaridad: “Las personas fuertes no tumban a las otras, las ayudan a levantarse”, “Cuando una mano se alarga para pedirme algo, pienso que esa mano puede ser, mañana, la que me ofrezca un vaso de agua en mitad del desierto” y “Se tienen menos necesidades cuanto más se sienten las ajenas”.

Desde 2007, el 25 de abril se celebra el Día Mundial del Paludismo por iniciativa de la Asamblea Mundial de la Salud (OMS), con el propósito de prevenir y alertar acerca de los peligros de esta enfermedad, que hoy amenaza a más del 40 por ciento de la población general y causa una cifra superior de al menos de un millón de fallecidos de casi todos los continentes.