Operación popular, sostenible y efectiva

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 Coleros
 
En una céntrica esquina de la ciudad de Holguín los lamentos de un joven, a todas luces un revendedor, encontraron oídos cómplices en un pequeño grupo dedicado, como él, al negocio de las colas, la venta de turnos, la búsqueda de clientes para el “punto” que muy cerca mantiene una tienda encubierta…

Por la manera como se expresaban ya comenzaron a sentirse en sus bolsillos alegres los efectos de la recién comenzada operación para el enfrentamiento a figuras nocivas para la sociedad, como los coleros, acaparadores y revendedores, así como el fomento, a través de estas, de la actividad económica ilícita, dañina para cualquier colectividad.

El muchacho presume cierto nivel de injusticia en esta cruzada popular que “me está maleando el negocio”. Su manera egoísta e intolerable de razonar lamentablemente tiene seguidores, ingenuos unos, ladinos otros. En este sentido el presidente cubano Miguel Díaz-Canel llamó la atención también sobre las matrices de opinión que intentan desvirtuar el objetivo de esta batalla y victimizar a quienes medran a costa de las dificultades actuales por las que atraviesa el país como consecuencia del azote de la COVID-19 y el recrudecimiento del bloqueo yanqui.

De ahí la importancia de las acciones de persuasión y entendimiento, que en un primer momento y como parte del enfrentamiento, realizan los Comités de Defensa en los barrios, las delegaciones y bloques de la Federación de Mujeres Cubanas y la Central de Trabajadores de Cuba en centros laborales, con la participación activa de los miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana. Sumarse a las grandes tareas y batallas emprendidas por la Revolución es tradición de las organizaciones comunitarias que esta vez también están presentes, de ahí su carácter popular.

Quienes defienden a estas personas, bien lo aclaró Díaz-Canel, no reconocen que estas figuras cometen delitos e ilegalidades que afectan e irritan a la población, mientras hacen diana en el desabastecimiento, asociado para ellos, a incapacidades del gobierno y no al bloqueo genocida de Estados Unidos contra Cuba y otras limitaciones, para dar credibilidad a quienes lucran con lo que a un alto costo adquiere el país y abusando del pueblo.

El presidente cubano enfatizó que nunca se actuará motivado por odios o sembrando este, porque eso entra en contradicción con los principios éticos, solidarios y de justicia social de la Revolución, esa que todos los días se preocupa por resolver los problemas de todos y no de unos pocos.

Pero ante las faltas de respeto y las reincidencias, las medidas serán contundentes. Se actuará con ajuste a las normas y las leyes, sin bajar la guardia para que tenga sostenibilidad la operación, porque el pueblo trabajador así lo necesita.

La operación aun es joven, pero ya es posible hacer una cola para adquirir, por ejemplo, aceite, sin tener que pernoctar varios días en una cola o comprar turnos a precios iguales o superiores a los 50 pesos. Pero ojo con los puntos de resistencia y las mutaciones de los modos de operar. En la comunidad donde vivo varias personas permanecen cerca del punto de venta de TRD Caribe organizando colas para lo que llegue, otra manera de continuar complicándole la vida a la gente que trabaja.

El protagonista de la historia inicial espera que se trate de una campaña pasajera, que baje la marea para retornar a los caminos de la ilegalidad y la impunidad. Por ello es primordial no bajar la guardia para que la operación sea sostenible y efectiva.
 

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