Privilegiado universal

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teletrabajoFoto: prensa-latina.cu
 
La aseveración de que en Cuba lo más importante es el hombre y dentro de cualquier proceso inversionista el trabajador, no es mera difusión de ideas e información favorables al sistema social imperante. Lo refrenda la Constitución de la República que establece el derecho al trabajo y a obtener empleo seguro, consagra que todas las personas, sin discriminación de ninguna índole, reciben igual salario por igual labor y designa al Estado como garante de la seguridad y salud en cada puesto de trabajo.
 
Una mirada a la situación del empleo a nivel mundial, cuando el mercado laboral se deprime y mucha gente va a la calle ante las medidas de cuarentena, donde las empresas medianas y pequeñas se vuelven insostenibles y hasta grandes monopolios se han visto en la necesidad de cerrar sucursales y disminuir considerablemente sus nóminas, convierte al trabajador de esta isla en privilegiado ante la protección salarial y laboral que el Estado materializa.

En el mundo son demoledores los efectos que sobre la situación laboral de millones de personas está ocasionando la pandemia de la COVID-19. Alrededor de 305 millones de empleos se han perdidos de acuerdo con expresiones de Guy Ryder, jefe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).Se trata, según conclusiones de expertos, de una crisis sin precedentes que afecta y perjudicará a 24, 7 millones de trabajadores con la pérdida de sus ingresos, mientras la pobreza extrema o moderada tocará a muchos.

Referencias del organismo de Naciones Unidas para atender las relaciones laborales a nivel global (la OIT), cuya cumbre se desarrolla hasta este 8 de julio con carácter virtual, indican que los mayores afectados están siendo los migrantes, los trabajadores sin protección social, las mujeres que se desarrollan en los sectores más afectados, como el de los servicios, los jóvenes y los de edad avanzada o afectados por problemas de salud.

Cuba, que en medio de la pandemia padece el recrudecimiento brutal y oportunista del bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos se propuso salvaguardar el estatus laboral y la salud de los trabajadores por encima de las afectaciones económicas que esto implica, e implementó con éxito medidas, que incluyeron también las garantías y los derechos laborales.

Cuando fueron necesarias las acciones de aislamiento total, pero el país necesitó mantener activos sus sectores vitales, crecieron el trabajo a distancia y el teletrabajo y en sectores como el de la producción de alimentos se adoptaron medidas rigurosas para garantizar la inocuidad de los productos y la salud de quienes lo elaboraban.

Se implementó la reubicación en otros puestos y se ampliaron las protecciones salariales para quienes quedaron en sus casas al cuidado de hijos menores, adultos mayores, así como para aquellos en condiciones de fragilidad o que no fue posible reubicar. Ahí está el ejemplo de los artistas acogidos a un sistema de trabajo a rendimiento, quienes ante la imposibilidad de laborar fueron patrocinados salarialmente por el Estado.

Más de 30 medidas aplicadas en esta dirección y que incluyeron a 240 mil obreros del sector no estatal, a quienes se exoneró del pago de impuestos. Pero también se mantuvo la remuneración a los pensionados y otras asistencias para los sectores más vulnerables. Estas realidades están en cualquier centro laboral, en cualquier barrio, en nuestros hogares o en el de al lado. Nadie quedó desamparado y esto tampoco es eslogan propagandístico.

Como ratificó el presidente cubano Miguel Díaz Canel, durante su intervención en la Cumbre Mundial Virtual de la OIT, Cuba tiene el compromiso de continuar garantizando la protección de los derechos de los trabajadores y avanzar en la construcción de un mundo justo.

Pero también reafirmó otra verdad insoslayable, los terribles impactos y las nefastas consecuencias de la pandemia en todo el mundo no se deben solamente a este letal virus. Años de política neoliberal y capitalismo salvaje, regidos por los designios del mercado son la causa más profunda de la grave situación global.

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