#Cuba apuesta por el desarrollo
- Por Rodobaldo Martínez Pérez
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Estamos ante una pandemia, que tiene patas arriba al mundo. Infestados, muertos, caos, desgracias, historias tristes y desesperación son ya cotidianos.
La humanidad espera de los científicos el invento de una vacuna, que frene esta locura, pero mientras aparece, como dijo Díaz-Canel, la única solución, a mano, es la disciplina, compresión y solidaridad.
El Presidente Cubano dijo: “Las decisiones que está adoptando el país no son para molestar a nadie… Lo estamos haciendo para salvar vidas y, aunque nos duela, tenemos que hacer sacrificios; estar en la casa, no visitar a la familia, ni a los amigos... Si no terminamos de entender eso, no vamos a controlar la enfermedad.” Llamó a ser absolutamente severos con los violadores.
Varias veces repetimos que la unión de todos, en esta lucha global, es la única capaz de ayudarnos a buscar el freno a esta terrible enfermedad, aunque algunos exaltan el individualismo, al solo pensar en los suyos y olvidarse de los demás.
No es que queramos politizar ese mal, como nos critican, maliciosamente los enemigos de la Revolución, pero lo obvio es obvio. No pasamos por alto, las grandes diferencias entre países, cuyos sistemas de salud están al servicio del pueblo y quienes priorizan la economía. La salud de los coterráneos es simple mercancía.
La solidaridad con otras naciones, en estos momentos de crisis, debe ser primordial, por eso hasta resulta objeto de reproche, desde un egoísmo poco entendible y contrario a los principios, que nos caracterizan hace más de 60 años, obrar en beneficio de los demás.
Pero, no solo ayudar a quienes lo necesitan en frontera afuera, también, lo es en el territorio nacional, como hacemos para esos médicos, que aplaudimos cada noche y exponen la vida en la atención a los enfermos de la Covid-19.
Sensibilidad es una palabra exacta, para calificar ese sentimiento, que permite justipreciar el papel de cada uno. Es verdad, todos somos trabajadores, aunque no todos ocupamos igual trinchera.
Es bastante egoísta resolver, para uno y, olvidarse de los aportes ajenos, con la conocida fórmula del yoismo en la prioridad de sálvese quien pueda.
Hemos visto en la televisión como algunos individuos, sin ningún cargo de conciencia, aprovechan estos tiempos difíciles, para lucrar con el mal del pueblo. Se roban los productos, los revenden a altos precios, acaparan o cometen otras ilegalidades.
Eso no es pensar como país ni actuar en correspondencia con los esfuerzos, que hace el gobierno cubano, para proteger a su población.
Es objetivo de quienes mal nos quieren mostrar una Cuba ingobernable, sin control para enfrentar una pandemia como esta. La táctica empleada pretende dar una idea de caos e incentivar el pánico en la población.
El país continúa trabajando para su desarrollo, pese a la realidad.