Imprescindibles
- Por Maribel Flamand Sánchez
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Lo mismo en tiempos de festividades, huracanes y como ahora, de pandemia, ellos son imprescindibles. Por eso no ha de extrañar, que el anuncio de cada mañana, o en días alternos, se escuche repetidamente: la basura, la basura…
Avanza el carretón, cuadra a cuadra, recogiendo el desecho sólido generado en cada hogar. Anda y a los aperos tradicionales su conductor le sumó otros dos imprescindibles, para protegerse de un virus, sin dudas, más peligroso que la basura por su facilidad de propagación: el nasobuco y la botellita con agua clorada.
Igual andan los barrenderos y barrenderas.Para ellos y ellas la vida en parte no ha cambiado. Comienzan, como siempre, a asear las calles antes que el sol se torne fuerte, pero ahora ponen mayores afanes en la limpieza conscientes de que la higiene es aliada indispensable de la salud.
Cuando el imperativo es quedarse en casa tripulantes de carros colectores y amplilores, carretoneros y barrenderos permanecen en las vías, en ocasiones, más allá del tiempo establecido habitualmente, pero en tiempos de la COVID-19 la salud comunal ha de preservarse con mayor acierto.
Otros de su propio sector –comunales- también tienen fuera del hogar deberes ineludibles. La vida continúa su curso y quienes llegan al final merecen dignos velatorios y sepulturas. Por ello la fábrica de sarcófagos permanece activa y dentro de esta sus carpinteros, tapiceros, cristaleros…; tampoco se deja de laborar en las fábricas de coronas, las funerarias, ni en los cementerios, y las carrozas fúnebres funcionan bajo los mismos principios de desinfección que el resto del transporte estatal activo.
A ellos se les concientiza sobre la autoprotección, pero jefes de zona y directivos de las Unidades Empresariales de Base tienen entre sus encomiendas insoslayables hacer que las medidas de resguardos sean cumplidas por cada trabajador bajo su responsabilidad.
Las calles están limpias, han disminuido los microvertederos, no se ve basura acumulada en las esquinas e independientemente de algún retraso, se está siendo riguroso y diligente con estos menesteres.
Ellos también enfrentan la COVID-19 de cerca porque les corresponde evacuar los desechos en zonas en cuarentenas, lugares para aislamientos y hospitales, también el traslado hacia los vertederos, donde otros valientes proporcionan el tratamiento adecuado en sitios específicos.
Avanza el carretón, cuadra a cuadra recogiendo la basura generada en cada hogar. Su conductor medita, no descarta que entre aquel cúmulo de papeles, cartones, ropa deshecha… se esconda el SARS-COV-2. Sabe que se expone a un contagio, pero no desmaya, está acostumbrado, como muchos en la entidad a la que pertenece, a trabajar en condiciones excepcionales, pero asume con responsabilidad. Es consciente de que la actividad que realiza, como él, es imprescindible en todos los tiempos.