A la espera del reconocimiento
- Por Flabio Gutiérrez Delgado
- Hits: 2143

El deporte colectivo más laureado de la provincia de Holguín de todos los tiempos es, sin dudas, el balonmano, disciplina que desde el año 2012 ha levantado cinco títulos en campeonatos nacionales y es paradigma para otros territorios del archipiélago cubano.
“Si algo ha caracterizado a estos cinco trofeos, es que todos los hemos disfrutado bastante y solo en una ocasión hemos recibido un sencillo reconocimiento por parte del organismo deportivo” afirmó el capitán de la selección holguinera, Leandro Cobas, quien ostenta todas las medallas doradas como atleta.
La corona más reciente llegó el pasado 12 de diciembre cuando derrotaron en la final al elenco de Santiago de Cuba, hasta ese momento bicampeón nacional, con marcador de 38 goles por 32, en una lid desarrollada en la Sala “Amistad” de Santa Clara, Villa Clara.
Al llegar a Holguín, al equipo se le realizó un modesto recibimiento en el Museo del Deporte por parte de la dirección provincial de este organismo, con el compromiso que posteriormente se efectuaría una actividad oficial para reconocer la actuación de los pentacampeones nacionales, donde estarían implícitos estímulos morales y materiales.
Según informa Vicente Luis Ventura, comisionado provincial de este deporte en Holguín, para la gala de estimulación a los atletas de 2019, estaba previsto realizar la actividad, pero los recursos que tenían no eran los planificados y se decidió posponer el encuentro para inicios de este año.
Han pasado tres meses desde que se concretó la hazaña de los balonmanistas holguineros y todavía no ha llegado el momento de agasajar a un equipo que ha entrado en la historiografía deportiva de este territorio, gracias a una “sobredosis” de amor.
Holguín se ha distinguido deportivamente en el país como potencia en el ciclismo, levantamiento de pesas, remo y las velas, pero el balonmano, que desde sus inicios en la provincia en 1972, ha logrado cinco trofeos en la primera categoría, seis en los juveniles, cuatro entre los escolares y cinco en el pioneril, en uno y otro sexo, merece un catalejo especial.
El balonmano no es uno de los deportes más mediáticos y se mantiene a la sombra, como muchas otras disciplinas, de nuestro pasatiempo nacional, el béisbol, pero eso no significa que obviemos un resultado que enaltece a los holguineros, en el siempre apasionante mundillo de la actividad física.
Como sucede en Ciego de Ávila con el baloncesto, en Las Tunas con el jockey, Cienfuegos con el polo acuático, por solo citar algunos ejemplos, en Holguín, el balonmano debe ser prioridad para los decisores, aunque el reconocimiento a un buen resultado, no puede tener prioridades.
No estamos de espalda al mundo y cocemos la compleja situación que atraviesa nuestro país en el ámbito económico, financiero y comercial, de la cual el deporte no escapa, pero estas dificultades, apelando a la cultura del detalle y a la sensibilidad, tienen la solución, en la punta del zapato, solo hay que inclinarse.
Estamos asediados constantemente por el robo de talentos, que tanto cuesta formar en nuestras escuelas deportivas y si no existe las iniciativas para contrarrestar esas adversidades que nos imponen desde el norte, continuaremos cediendo terreno en la arena internacional.
No pretendo con este comentario atender reclamos necesarios, sino hacer reflexionar para juntos seguir perfeccionando una esfera que forma parte de nuestra idiosincrasia, porque un estímulo o un reconocimiento en el momento y el lugar oportuno, es como un gol, un cuadrangular con bases llenas o un potente remate.