Hablando (im) perfecto español
- Por Liset Prego Díaz
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En esto sí que ganó el matriarcado porque todos en el mundo empleamos la lengua materna, aunque en nuestro caso Cervantes haya puesto lo suyo en el rol paterno, y si de doctos en el idioma se habla, siempre hay más hombres que mujeres despuntando.
Feminismo aparte, (que con esto de las marcas de género y la Real Academia Española, el debate ha sido mucho y no es por ese camino que viene este diálogo), hoy celebramos el Día Internacional de la Lengua Materna, decretado hace 20 años, por la UNESCO.
Pero ¿y el nuestro, mutante herencia de España, que entre extranjerismos y seudodislalias vive precariamente en hablantes que desdeñan su riqueza y se conforman con vapulearlo más que aprenderlo?
Lo mejor para saber el estado actual de nuestra lengua materna es ir a las redes sociales, revisar nuestra propia mensajería, escuchar reguetón o prestar indiscreta atención a conversaciones ajenas en espacios públicos, estos dos últimos casos solo por el bien de las investigaciones en Ciencias Sociales.
No voy a decir que la tecnología nos ha estropeado el uso correcto del idioma, eso veníamos haciéndolo muy bien solitos, sin procesadores de textos, autocorrectores ni chats. Y aunque la RAE trata de atemperarse a las circunstancias, la evolución, o involución si se quiere, es mucho más rápida en el hablante y la norma popular que la capacidad de esta institución de valorar inclusiones, exclusiones, adecuación y reglas. Así los barbarismos perviven, se naturalizan, resemantizan e instalan metastásicos en la comunicación diaria.
¡AY! ¿Cuántas veces la interjección ha sido vilmente cambiada por el verbo haber conjugado en presente? HAY miles de casos en que el adverbio de lugar ha tomado el puesto erróneo y es AHÍ, donde el rollo se arma. A VER si HABER toma su sitio adecuado y dejan de cambiarlo, esos que ABRASADOS por su ignorancia mueren sin el ABRAZO amigo de un diccionario. No entiendo POR QUÉ, PORQUE hasta se han creado aplicaciones digitales que pueden llevar en sus móviles para estos efectos.
Es verdad que a cualquiera se le va una tilde, se le corre un dedo, vean que cerca están la B y la V en los teclados. MAS un yerro en la mecacopia es algo perdonable. Perfectos no somos.
Yo no comulgo con estas tendencias, en mi lista de manías está el adecuado hablar del español, e intento escribirlo así, aunque los correctores nada automáticos de este semanario me salven puliendo el texto en cada edición.
Como medicina para preservar la lengua materna recomiendo leer, leer y leer. Ah, y revisar, no confiar ciegamente en los correctores automáticos del Word pues en ocasiones no tenemos la última versión actualizada con las nuevas normas, o intenta cambiar a fuerza de inteligencia artificial lo que la humana quiere decir. Sugiero no fiarse tampoco del celular. A veces creo que está poseído, digo como el meme: el que lo inventó debería arder en el INVIERNO (quise escribir INFIERNO) ¿qué les dije?
Aferrados a eso estamos desde entonces en contra de la desmemoria, porque miles de idiomas nativos no perezcan, absorbidos por imposiciones y coloniaje lingüístico.
Pero ¿y el nuestro, mutante herencia de España, que entre extranjerismos y seudodislalias vive precariamente en hablantes que desdeñan su riqueza y se conforman con vapulearlo más que aprenderlo?
Lo mejor para saber el estado actual de nuestra lengua materna es ir a las redes sociales, revisar nuestra propia mensajería, escuchar reguetón o prestar indiscreta atención a conversaciones ajenas en espacios públicos, estos dos últimos casos solo por el bien de las investigaciones en Ciencias Sociales.
No voy a decir que la tecnología nos ha estropeado el uso correcto del idioma, eso veníamos haciéndolo muy bien solitos, sin procesadores de textos, autocorrectores ni chats. Y aunque la RAE trata de atemperarse a las circunstancias, la evolución, o involución si se quiere, es mucho más rápida en el hablante y la norma popular que la capacidad de esta institución de valorar inclusiones, exclusiones, adecuación y reglas. Así los barbarismos perviven, se naturalizan, resemantizan e instalan metastásicos en la comunicación diaria.
¡AY! ¿Cuántas veces la interjección ha sido vilmente cambiada por el verbo haber conjugado en presente? HAY miles de casos en que el adverbio de lugar ha tomado el puesto erróneo y es AHÍ, donde el rollo se arma. A VER si HABER toma su sitio adecuado y dejan de cambiarlo, esos que ABRASADOS por su ignorancia mueren sin el ABRAZO amigo de un diccionario. No entiendo POR QUÉ, PORQUE hasta se han creado aplicaciones digitales que pueden llevar en sus móviles para estos efectos.
Es verdad que a cualquiera se le va una tilde, se le corre un dedo, vean que cerca están la B y la V en los teclados. MAS un yerro en la mecacopia es algo perdonable. Perfectos no somos.
En esto puede influir que para algunos teléfonos suelen ser MÁS caras las tildes, que a los buscadores en internet no les hace falta pues “piensan” en inglés, que esperamos que el corrector automático arregle nuestras meteduras de pata y no prestamos atención.
También existe una corriente muy reaccionaria que apuesta por abolir la ortografía y atender solo a cómo suenan los vocablos, “LO INPORTANT S Q C NTIENDA”, arguyen.
Yo no comulgo con estas tendencias, en mi lista de manías está el adecuado hablar del español, e intento escribirlo así, aunque los correctores nada automáticos de este semanario me salven puliendo el texto en cada edición.
Como medicina para preservar la lengua materna recomiendo leer, leer y leer. Ah, y revisar, no confiar ciegamente en los correctores automáticos del Word pues en ocasiones no tenemos la última versión actualizada con las nuevas normas, o intenta cambiar a fuerza de inteligencia artificial lo que la humana quiere decir. Sugiero no fiarse tampoco del celular. A veces creo que está poseído, digo como el meme: el que lo inventó debería arder en el INVIERNO (quise escribir INFIERNO) ¿qué les dije?