Omnipresente Bloqueo
- Por Yanela Ruiz González
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Anda husmeando a ver donde más puede inocular su veneno. Ya atacó a empresas comercializadoras de medicamentos y tecnologías con lo que impidió la llegada de fármacos y equipos vitales a la Isla a tiempo, irrumpió en cuanto centro de trabajo hay en Cuba y como si fuera poco, se metió con los transportadores de combustible. Cada día aparece una nueva empresa sancionada o amenazada por comercializar con el Caimán.
Para quienes aún creen que en esta Isla querida culpamos al Bloqueo económico, comercial y financiero de todo cuanto ocurre aquí, solo saquen sus propias conclusiones ante la situación que enfrenta el Mes en el área de investigación, fundamentalmente.
En una información de la Agencia Prensa Latina publicada en el sitio Cubasí.cu, ofrecida por el Doctor en Ciencias Reynaldo Velázquez Zaldívar, director de pregrado en el Mes, da fe de cuánto incide en este sector, clave para el desarrollo de la nación, el mal implantado desde hace 60 años para tratar de derrumbar una Revolución conquistada con mucho esfuerzo.
El directivo destaca elementos puntuales como el impedimento en la adquisición de tecnología de punta para los laboratorios docentes y de investigación y sumado a ello, la falta de acceso al mercado norteamericano, lo que obliga a hacer concertaciones con países más distantes o China a través de créditos.
Esto, unido a otros elementos inherentes a los procesos de comercialización, indiscutiblemente encarecen la compra de estos medios, por eso muchas veces no se puede hacer efectiva o hay que exprimir, pensar, calcular hasta el último centavo para emplearlo correctamente y satisfacer la necesidad más apremiante.
Pero más allá de estas cuestiones tangibles, el bloqueo incide incluso en temas más sencillos como el acceso a bibliografía actualizada. Las empresas editoriales que cuentan con el material docente son estadounidenses o sus subsidiarias en otros países y tienen prohibido vender a Cuba. Igualmente limita el acceso de las universidades cubanas a sitios de internet que promueven grupos de tecnología.
Los pasos que avanzaron en la relación Cuba-E.U en la fase final de la Administración de Obama, retrocedieron tres veces con Trump. Lo refleja la disminución de los viajes de intercambio académico, que sintieron la “trumponada” al penalizar la afluencia de profesionales norteamericanos a eventos científicos en la Isla y viceversa.
Realmente, el rubio de la Casa Blanca ha engordado este cerco en los últimos tiempos con aplicaciones de leyes inhumanas y tontas, engendro del odio y la incapacidad de aceptar la valiente decisión de los cubanos de continuar cultivando su Revolución.
Aun en condiciones difíciles y con las mil y una limitaciones, la Educación Superior en Cuba apuesta por fortalecer sus procesos, garantizar la formación de profesionales con calidad y competencia y fomentar la investigación y la innovación que permitan contrarrestar los efectos de absurdas políticas omnipresentes, como el embargo impuesto a Cuba.
Anda como loco, desesperado por desgarrar lo que encuentre a su paso y obstaculizar lo que beneficiaría a una nación y sociedad en desarrollo. Sus genocidas políticas trascienden estos marcos y llegan a los centros adscritos al Ministerio de Educación Superior (Mes).
Para quienes aún creen que en esta Isla querida culpamos al Bloqueo económico, comercial y financiero de todo cuanto ocurre aquí, solo saquen sus propias conclusiones ante la situación que enfrenta el Mes en el área de investigación, fundamentalmente.
En una información de la Agencia Prensa Latina publicada en el sitio Cubasí.cu, ofrecida por el Doctor en Ciencias Reynaldo Velázquez Zaldívar, director de pregrado en el Mes, da fe de cuánto incide en este sector, clave para el desarrollo de la nación, el mal implantado desde hace 60 años para tratar de derrumbar una Revolución conquistada con mucho esfuerzo.
El directivo destaca elementos puntuales como el impedimento en la adquisición de tecnología de punta para los laboratorios docentes y de investigación y sumado a ello, la falta de acceso al mercado norteamericano, lo que obliga a hacer concertaciones con países más distantes o China a través de créditos.
Esto, unido a otros elementos inherentes a los procesos de comercialización, indiscutiblemente encarecen la compra de estos medios, por eso muchas veces no se puede hacer efectiva o hay que exprimir, pensar, calcular hasta el último centavo para emplearlo correctamente y satisfacer la necesidad más apremiante.
Pero más allá de estas cuestiones tangibles, el bloqueo incide incluso en temas más sencillos como el acceso a bibliografía actualizada. Las empresas editoriales que cuentan con el material docente son estadounidenses o sus subsidiarias en otros países y tienen prohibido vender a Cuba. Igualmente limita el acceso de las universidades cubanas a sitios de internet que promueven grupos de tecnología.
Los pasos que avanzaron en la relación Cuba-E.U en la fase final de la Administración de Obama, retrocedieron tres veces con Trump. Lo refleja la disminución de los viajes de intercambio académico, que sintieron la “trumponada” al penalizar la afluencia de profesionales norteamericanos a eventos científicos en la Isla y viceversa.
Realmente, el rubio de la Casa Blanca ha engordado este cerco en los últimos tiempos con aplicaciones de leyes inhumanas y tontas, engendro del odio y la incapacidad de aceptar la valiente decisión de los cubanos de continuar cultivando su Revolución.
Aun en condiciones difíciles y con las mil y una limitaciones, la Educación Superior en Cuba apuesta por fortalecer sus procesos, garantizar la formación de profesionales con calidad y competencia y fomentar la investigación y la innovación que permitan contrarrestar los efectos de absurdas políticas omnipresentes, como el embargo impuesto a Cuba.