Cumbre sobre acción climática vs. Destrucción

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En la ONU, que no es un sitio abstracto, ni una construcción semántica, sino un conglomerado de naciones que tiene su sede en Nueva York, se reúnen alrededor de 60 representantes de diversos países del mundo en la Cumbre sobre acción climática.

El encuentro transcurre frente a la mayor presión social de la historia con respecto al cambio climático y la urgencia de detenerlo. Ello abocados al definitivo agotamiento de recursos vitales y la irreversibilidad de algunos de los efectos que los humanos hemos provocado ya al planeta que habitamos.

Donald Trump dice que no asistirá y luego aparece, dramaturgia, punto de giro, show. Hay que reconocerlo, en esto ha sido coherente con su discurso y su modus operandi consistente en decir una cosa y hacer otra, costumbre que lo tipifica como contradictorio e impredecible.

El presidente de una de las naciones responsables, en gran medida, del deterioro acelerado del medioambiente,(en esta lista están el top, China, India, Rusia y Japón), decide ignorar la existencia del cambio climático, algo así como “si lo ignoro desaparecerá” o “una fake news publicada varias veces se convierte en verdad” ¿o era postverdad?

Antonio Guterres, secretario general de las Naciones Unidas, ha llamado a la acción concreta, menos debate y más operatividad. Pero qué harán con el fracking, la hiperexplotación de los hidrocarburos, las primaveras silenciosas, las centenas de especies que ya no verán las actuales o futuras generaciones, las toneladas de desechos sólidos vertidos al mar, el consumismo avasallador y la explotación inconsciente de cada recurso no renovable de la Tierra.

Los efectos, puestos en imágenes emulan con un tráiler de filme apocalíptico, con la diferencia de que el segundo es ficción y el primero la realidad más acuciante a la que se enfrenta hoy nuestra especie.

Algunos hablaban de cómo las miradas se volvieron sobre la Amazonía en llamas que se convirtió en trending topic. Pareciera que se discutía aquí sobre el capítulo final de Juego Tronos o el desenlace del mundial fútbol. Aquellos referían lo perentorio de mirar hacia el contexto individual, a lo nacional y sus conflictos domésticos antes que volcarse a campañas en el universo digital por la selva ajena en la que ardieron vidas presentes y por venir.

Sin que parezca forzado, el pensamiento martiano “cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su aldea”, se aviene a esta circunstancia. Pensando con sentido común, ¿qué importará la cola del pan cuando no haya oxígeno para respirar, ni agua potable, ni abejas, cuando perdamos nuestras casas por el avance del mar o lo recurrente de huracanes cada vez más devastadores?

Sofocar el incendio en Notre Dame en pocas horas, recaudar millonarios fondos para su restauración en otras pocas y abandonar el Amazonas en llamas, de esas contradicciones que se han vuelto típicas conductas humanas, puede hablarse cuando se haga referencia a un camino trazado para el suicidio de una especie.

Y qué se puede esperar cuando muchos ridiculizan o devalúan la imagen de los ecologistas, resemantizándola como idealistas, vándalos, poco prácticos, anacrónicos y exagerados.

No será en la neoyorquina sede de la ONU donde el cambio se concrete pues, aunque los decisores, aparentemente se encuentren allí, es responsabilidad de cada individuo velar por su futuro y el de los suyos haciendo más por el medioambiente, claro que sería mejor si este esfuerzo se apoyara en políticas públicas y gestiones internacionales que coincidan en detener ya esta irracional carrera hacia la destrucción mutua asegurada sin gatillos ni bombas atómicas. 
 
Author: Liset Prego Díaz
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Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

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