“Acuérdate de mí”

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almeida bosque
 
Recién había triunfado la Revolución, cuando el amigo Ventura Manguela le preguntó al Comandante Juan Almeida Bosque cómo, sin ser “gente de escuela”, ocupaba tan alta responsabilidad en el Ejército Rebelde.
 
Almeida solo había estudiado hasta el octavo grado. La madre cuidaba de otros 11 hijos, y el padre, un periodista honrado, apenas ganaba lo imprescindible para sostener su hogar.

Fue necesario que “Macho” empezara a trabajar, primero, como peón de Obras Públicas, y luego, como taquillero, mozo de limpieza y albañil, en el Balneario Universitario. Allí conoció a Fidel Castro y definió su vocación revolucionaria.

Estuvo presente en cada una de las acciones que tornaron definitiva la última etapa de lucha por la independencia de Cuba. Armado con un fusil calibre 22, asaltó el Cuartel Moncada. El juez que lo juzga por esa acción lo conmina a arrepentirse y él responde que “no señor, si tuviera que volver a hacerlo, lo haría…”

Cuando su padre, Juanito, lo visita en el Presidio Modelo, donde cumplía la condena de diez años, lo encuentra más flaco que de costumbre. Su hijo nunca lo supo, pero al periodista Luis Báez se lo confesó con orgullo: “Al encontrarlo esa primera vez en Isla de Pinos, pensé en Antonio Maceo”.

Con la misma entereza supera el exilio, y regresa a la isla, junto a 81 compañeros, a bordo de yate Granma. Tres días después del desembarco, se encuentran en Alegría de Pío, donde traban el primer combate. Escribiendo, regresan todos los detalles a la mente de Almeida: “Suena un disparo de fusil, y ya, se generaliza el fuego por donde quiera (…) Las balas parten las ramas de los árboles y arrancan astillas de los troncos (…) Me arrastro, me agacho, avanzo, me detengo, continúo (…) Miro a un lado y encuentro al Che herido en el cuello. (…) comienzo a disparar hacia el lugar donde veo cómo se mueven los guardias de la tiranía y desde el cual nos tiran. Uno de ellos grita: ‘¡Ríndanse! ¡Ríndanse!’ A lo que respondo: ‘¡Aquí no se rinde nadie, c…!”

Oficial del Ejército Rebelde. Comandante de columna. Fundador del Tercer Frente Oriental. Vicepresidente del Consejo de Estado. Héroe de la República de Cuba… Fue, además, un hombre de peculiar sensibilidad artística. 

“La Lupe” es, quizá, la más famosa de centenares de canciones de su autoría, y “Contra el agua y el viento”, el libro que, entre la docena de obras, le mereció el Premio Casa de las Américas, en la categoría de Testimonio, en 1985.

Este 11 de septiembre próximo, cuando conmemoramos la década de su desaparición física, recuerde lo que el Comandante Juan Almeida respondió a su amigo Ventura Manguela y aquel nunca pudo olvidar. “Ventura,le dijo, es que yo nunca llegué segundo a un combate y jamás me fui primero”.

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