No poner tu felicidad en manos de otros
- Por Hilda Pupo Salazar
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Tu felicidad jamás puedes ponerla en manos de los demás, cada quien es el único responsable, porque es una decisión intransferible.
Si la entregas solo serás feliz cuando los demás quieran, porque nadie puede darte todo lo que necesitas para lograr el bienestar al que aspiras en esa decisión muy tuya para entender lo bueno, lo malo y hallar las satisfacciones que necesitas, independientemente de las características de cada suceso en tu existencia.
Es decisivo tener seguridad y valor para encarar la vida, con sus complejidades y nadie puede hacerlo por ti.
Para cultivar la dicha a la que aspiras requieres de una firme decisión para alcanzarla y saber mantenerla al rodearte de personas agradables, optimistas que irradien alegría y evitar los tóxicos en todas sus expresiones para optimizar tu día a día.
Sí mejoras tu autoconfianza y amor por tu vida sabrás encarar, como corresponde, las preocupaciones, dificultades económicas, relaciones con otras personas, familiares, compañeros de trabajo y darles el lugar adecuado a los diversos temores, emociones o el querer agradar siempre a los demás, al conducir adecuadamente la cotidianidad con calma, sin frustraciones y con herramientas psicológicas para encontrar la decisiva paz mental.
Una vida feliz no es compatible con sufrimientos innecesarios, ni imaginar peligros, o revivir lo que no va a cambiar jamás o no volverá, ni controlar otras vidas según tus deseos porque cada quien es responsable de la suya.
Hay que luchar por ser una buena persona y en el quehacer cotidiano propagar bondad, ser totalmente agradecido al tener cada nuevo despertar, disfrutar hasta del más mínimo beneficio, jamás esperar que te devuelvan un favor y ser virtuoso.
La imperturbabilidad alimenta la calma que requieres para tu salud interna, sin ser prisionero de lo material al sobredimensionar como lo extremo para tu felicidad
Muy importante aceptarte tal y como eres, sin darle importancia al qué dirán y disfruta a tu manera, aprovecha las oportunidades y fortalece tu esencia personal.
Fundamental es ser fiel a tus sí o no, sin importar presiones de los demás o por determinadas situaciones. Darle la prioridad que requieren los acontecimientos o decisiones que te hagan feliz y pon los límites necesarios para disfrutar tu espacio.
Protege tus opiniones y trata que sean consecuentes con tus acciones, como reflejo muy propio de ti, tanto en el hacer como al expresarlas, sin permitir que otros dicten cómo debes de ser y nunca dejes de sonreírle a tu vida.
Como enseña Aristóteles, filósofo griego: “La felicidad depende de nosotros mismos”, mientras el escritor estadounidense Ernest Hemingway afirma: “La felicidad en la gente inteligente es la cosa más rara que conozco” y Gabriel García Márquez, el colombiano de "Cien Años de Soledad" define: “No hay medicina que cure lo que la felicidad no puede.”