29 Jun 2025 - 0:33

El valor de la gratitud

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El agradecimiento es uno de los sentimientos, que más nos engrandecen como personas. Esa acción de reconocer el favor hecho se puede expresar verbalmente o en forma material, pero siempre lleva implícito la calidad humana de quienes la practican.

 Recuerdo las palabras de la profesora de psicología después de un ciclo de conferencias que revelaron conocimientos relacionados con las cualidades de la personalidad: “La enseñanza que surte efecto no solo es de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón”.

Sus palabras fueron conmovedoras, sinceras. Todos agradecieron el don de su enseñanza.

El corazón abrazó la personalidad de cada uno de los integrantes del grupo. Alcanzó su intelecto, emociones y voluntad.

Porque la gratitud es la memoria del corazón, uno de los valores más apreciados y respetados a la hora de educar. Las personas que viven agradecidas, encuentran felicidad, dicha y abundancia.

Es el arte de disfrutar la vida con optimismo. La palabra “gracias”, expresada por un corazón sincero, puede iniciar el proceso de la sanidad personal que tanto necesitamos.

La literatura antigua la recoge como un mandamiento: “Dad gracias por todo conforme sean tus obras”.

Muchas veces no valoramos a las personas que más merecen nuestro reconocimiento. No esperemos hasta que sea demasiado tarde para expresar ese agradecimiento. Al hablar de los seres queridos que había perdido, una mujer se lamentó: “Recuerdo aquellos días felices y muchas veces quisiera susurrar al oído de los que se han ido la gratitud que merecieron en la vida y que raras veces recibieron”.

De ahí la importancia de educar a los niños y niñas bajo este precepto, el ejemplo tanto de los padres como de los educadores es fundamental a la hora de inculcar esta cualidad. El mejor profesor para enseñar gratitud a tus hijos eres tú.

¿Hay algo más bonito que ayudar y sentirse ayudado? Hagamos un esfuerzo para que nuestras palabras estén siempre llenas de gratitud en todo y por todo.

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