De amores, desidias y esperanzas en el deporte
- Por Calixto González Betancourt
- Hits: 1272

En el deporte y la cultura física en general también la eficacia de la “siembra” determina en la calidad del fruto. Si tratamos de la formación espiritual y del cuerpo, y para la competición, tenemos que dirigir la vista a su célula que es la clase de Educación Física y al primer eslabón, ya más especializado, que encontramos en las áreas deportivas.
La clase de Educación Física no es horario de hacer cualquier cosa. Ni darle un balón a los alumnos para que corran y brinquen y no más. Es un momento relevante en la formación física y espiritual del educando, que conducido correctamente ayuda a crear buenas actitudes para la vida, en la responsabilidad y la disciplina, además de la formación armoniosa del cuerpo.
Fotos: Carlos RafaelEs donde el profesor o entrenador visitante puede descubrir las cualidades para el deporte o una disciplina en particular de la niña o el niño. Y es donde, también, el propio estudiante puede descubrirse como futuro deportista o empezar a sentir atracción o vocación por una modalidad específica.
Igual que el profesor de esta materia, el entrenador de un área deportiva, para cumplir su rol, debe tener las herramientas pedagógicas y técnicas que se exigen, y eso se logra no solo con el título académico, sino, además, con la superación y actualización constante, fiscalización y exigencias de los responsables al respecto.
La provincia de Holguín tiene cinco mil 491 áreas deportivas en 39 combinados, con 898 técnicos, una matrícula de iniciación de 13 mil 435, más una reserva para la Eide de nueve mil 181, según cifras consultadas recientemente, es decir un amplio caudal para trabajar, atender, de donde escoger y desarrollar.
Si no hay una captación correcta de la matrícula, ya el área tiene un mal de origen, sin ser preciosista en esta acción. En la actualidad de carencias y falta de recursos se invoca a la inventiva del entrenador, mas eso debe ser, igualmente, un proceder de los funcionarios deportivos y los gobiernos municipales.
Las iniciativas e “inventos” es solo una parte de la solución, pues hay implementos que no se gestionan, instalaciones que urgen reparación, el mantenimiento que no se realiza y los medios que no se cuidan o se pierden. Indolencia, falta de exigencia y de control.
Veamos algunos ejemplos: El talabartero Carlos Manuel Escalona produce guantes (además de otros implementos) en el reparto Pueblo Nuevo, Holguín, los que fueron elogiados por especialistas de la Federación Nacional de Béisbol y se sugirió producirlas en mayor cantidad para usarlos en áreas, Eide y en la masificación. Para eso el talabartero necesita apoyo del municipio (Deportes-Gobierno) y ahí se “trancó el dominó”, a pesar de gestiones e insistencias.
En el ateneo Fernando de Dios, ciudad de Holguín, siguen en muy mal estado la pista de atletismo y el campo de béisbol, y la piscina sin agua. En el semiternado Lucía Íñíguez funciona un concentrado de béisbol, pero los peloteritos tiene que ir a otra parte para sus prácticas, porque su beisbolito con nombre ilustre: Fermín Laffita, está abandonado.
Si hiciéramos un bojeo por el resto del municipio capital y toda la provincia encontraríamos situaciones parecidas, junto también, y es justo decirlo, con instalaciones bien cuidadas y usadas. De entrenadores que se cruzan de brazos ante las carencias y otros que no cesan de buscar alternativas para dar con amor sus clases.
De los que solo se limitan a lo técnico y de otros que también les hablan a los alumnos de valores y de la historia patria. Porque necesitamos formar deportistas que sean al mismo tiempo buenos ciudadanos, patriotas; sembrar persistencia, honestidad, responsabilidad. Y en la raíz, que son las áreas, es donde se afincan las actitudes y los comportamientos, que luego siguen desarrollándose en la Eide, academias, equipos, preselecciones nacionales… Y Holguín tiene entre sus campeones, grandes ejemplos.
Pero si no sigue luego en el deporte o no triunfan en las competencias, que lo hagan en otros campos, en la vida. Y puedan comprender y decir: esto lo aprendí en el deporte.
No podemos abordar integralmente esas esencias si omitimos alguno de los importantes factores que radican en el profesor de Educación Física, entrenador-profesor, medios de clases, implementos deportivos e instalaciones.

El profesor decide en la calidad de la clase de Educación Física, más allá del espacio y medios que tenga para realizar su tarea. Por mucho tiempo esta actividad fue subestimada y no recibió la prioridad que merece. Se ha avanzado en ese aspecto, pero aún dista mucho para poder afirmar categóricamente que es un elemento educativo resuelto.
La clase de Educación Física no es horario de hacer cualquier cosa. Ni darle un balón a los alumnos para que corran y brinquen y no más. Es un momento relevante en la formación física y espiritual del educando, que conducido correctamente ayuda a crear buenas actitudes para la vida, en la responsabilidad y la disciplina, además de la formación armoniosa del cuerpo.

Igual que el profesor de esta materia, el entrenador de un área deportiva, para cumplir su rol, debe tener las herramientas pedagógicas y técnicas que se exigen, y eso se logra no solo con el título académico, sino, además, con la superación y actualización constante, fiscalización y exigencias de los responsables al respecto.
La provincia de Holguín tiene cinco mil 491 áreas deportivas en 39 combinados, con 898 técnicos, una matrícula de iniciación de 13 mil 435, más una reserva para la Eide de nueve mil 181, según cifras consultadas recientemente, es decir un amplio caudal para trabajar, atender, de donde escoger y desarrollar.
Si no hay una captación correcta de la matrícula, ya el área tiene un mal de origen, sin ser preciosista en esta acción. En la actualidad de carencias y falta de recursos se invoca a la inventiva del entrenador, mas eso debe ser, igualmente, un proceder de los funcionarios deportivos y los gobiernos municipales.
Las iniciativas e “inventos” es solo una parte de la solución, pues hay implementos que no se gestionan, instalaciones que urgen reparación, el mantenimiento que no se realiza y los medios que no se cuidan o se pierden. Indolencia, falta de exigencia y de control.
Veamos algunos ejemplos: El talabartero Carlos Manuel Escalona produce guantes (además de otros implementos) en el reparto Pueblo Nuevo, Holguín, los que fueron elogiados por especialistas de la Federación Nacional de Béisbol y se sugirió producirlas en mayor cantidad para usarlos en áreas, Eide y en la masificación. Para eso el talabartero necesita apoyo del municipio (Deportes-Gobierno) y ahí se “trancó el dominó”, a pesar de gestiones e insistencias.
En el ateneo Fernando de Dios, ciudad de Holguín, siguen en muy mal estado la pista de atletismo y el campo de béisbol, y la piscina sin agua. En el semiternado Lucía Íñíguez funciona un concentrado de béisbol, pero los peloteritos tiene que ir a otra parte para sus prácticas, porque su beisbolito con nombre ilustre: Fermín Laffita, está abandonado.
Si hiciéramos un bojeo por el resto del municipio capital y toda la provincia encontraríamos situaciones parecidas, junto también, y es justo decirlo, con instalaciones bien cuidadas y usadas. De entrenadores que se cruzan de brazos ante las carencias y otros que no cesan de buscar alternativas para dar con amor sus clases.
De los que solo se limitan a lo técnico y de otros que también les hablan a los alumnos de valores y de la historia patria. Porque necesitamos formar deportistas que sean al mismo tiempo buenos ciudadanos, patriotas; sembrar persistencia, honestidad, responsabilidad. Y en la raíz, que son las áreas, es donde se afincan las actitudes y los comportamientos, que luego siguen desarrollándose en la Eide, academias, equipos, preselecciones nacionales… Y Holguín tiene entre sus campeones, grandes ejemplos.
Pero si no sigue luego en el deporte o no triunfan en las competencias, que lo hagan en otros campos, en la vida. Y puedan comprender y decir: esto lo aprendí en el deporte.