
Apenas había llegado al mundo cuando ocurrió uno de los hechos más trascendentales de la Revolución Cubana: la
Campaña de Alfabetización. No imaginaron sus progenitores que 16 años después, tendrían en su familia a una de las más fervientes seguidoras de José de la Luz y Caballero y que el retumbar del lápiz, cartilla, manual del himno de aquella contienda, se iba a quedar grabado en la pequeña, al punto de seguir por esa ruta el resto de su vida.