Las drogas, una trampa en la que es mejor no caer

  • Hits: 5816
drogasFoto: Radio Juvenil
 
Llevaba una vida normal. Un día comenzó a visitar cada tarde el bar cercano a su trabajo. Lo que empezó como una manera de "despejar" se convirtió en costumbre, vicio, adicción. De a poco comenzó a perder el interés por su profesión. El abandono y la desidia invadieron las tierras y los cultivos que tenía. Comenzaron los problemas familiares, las discusiones con su esposa y los enfrentamientos con su hijo ya adolescente. Tenía casi 40 años cuando la bebida se hizo parte de su vida.
 
Era un grupo de jóvenes. Estudiaban una carrera universitaria. Gustaban de salir, compartir con amigos, disfrutar. Un día estuvieron hasta casi la medianoche en un centro nocturno. Al salir buscaron algún establecimiento donde comprar una botella de ron, pues querían "chispear", como solían decir, un rato más. Sin embargo no encontraron oferta alguna que respondiera a lo que querían.

Entonces le preguntaron a un individuo que encontraron en el parque. El desconocido los miró y lanzó sin pensarlo: "chama, ron no sé, pero aquí tengo de la buena y baratica". Los jóvenes se miraron. No niegan que la tentación los empujó un poco pero al final rechazaron el producto.

Otras muchas historias podrían narrarse relacionadas con el consumo de drogas, ya sean porteras o ilegales, duras o blandas, como también se le llama a este tipo de sustancia.

Lo cierto es que las drogas en sus diversas variantes, pueden atacar la estabilidad de nuestra sociedad. Lo que para algunos es visto como una salida se convierte en una trampa peculiar de la que puede ser en extremo difícil escapar.

Sucede que las drogas no sólo afectan a aquellos que las consumen, sino también a sus familiares, amigos y a todas aquellas interacciones sociales donde participa la persona que las consume. Sus seres queridos y los cercanos suelen ser los que más sufren las consecuencias de las mismas, al convertirse en lo que el siquiatra Ricardo González denomina "drogadictos pasivos".

Incentivar la responsabilidad desde edades tempranas debe ser una prioridad, pues para nadie es un secreto que varios jóvenes recorren nuestra geografía hasta altas horas de la noche sin supervisión alguna y acompañados por los cigarrillos y la botella de ron, sustancias que pueden convertirse en la puerta para que otras ingresen.

Por eso, la mejor carta de triunfo ante esta problemática es la prevención. Evitemos iniciar un trayecto que no sabemos cómo puede terminar. Llenemos nuestras vidas y las de los que nos rodean de salud y felicidad, fórmula en la que las drogas no están incluidas.
 
Artículos relacionados:

Escribir un comentario