Orfeón Holguín: “Sin perder la esencia”
- Por María Militza Ornella Fernández y Jorge Alejandro Fernández Pérez. / Estudiantes de Periodismo
- Hits: 2193
Fotos: Cortesía de Marilín Aldana Popa
¿Música coral? ¿En Holguín hay coros? La respuesta es sí. Los holguineros contamos con una agrupación de este tipo, y de primer nivel. Reconocida a nivel nacional e internacional y respaldada por una historia de varias décadas, Orfeón Holguín se reinventa cada día, acorde a su tiempo, para deleitar al público con lo mejor del canto coral. Nos acercamos a su directora, María Fernandina Aldana Popa, o Marilín como la conocen sus cercanos, quien nos comenta sobre la trayectoria de esta sociedad.
¿Cómo surge Orfeón Holguín?
Orfeón Holguín surge el 4 de noviembre de 1964, bajo la dirección de la maestra Ana Arriaza Fernández. En sus inicios fue concebido como un coro de artistas aficionados, pero posteriormente se profesionalizó en un Festival desarrollado en Santiago de Cuba, gracias al apoyo de Electo Silva, quien fuera el director de Orfeón Santiago.
¿Cuál es la estructura del grupo? ¿Ha variado?
No, no ha variado. Es un coro a cuatro voces: sopranos, contraltos, tenores y bajos; pero todo depende de la obra musical, ya que los sopranos se dividen en sopranos y mezzosopranos, las contraltos en prima y segunda, los tenores en primo y segundo y el bajo en bajo y barítonos, entonces serían ocho voces. También hay obras estructuradas con diez y hasta doce voces; que son un poco más complicadas.
¿Cuál es la característica de su repertorio musical?
Orfeón siempre se caracterizó por tener un repertorio que hiciera énfasis al trabajo de la música cubana y latinoamericana. Tenemos un amplio diapasón, porque hacemos desde la música antigua hasta la contemporánea. Para ello se han buscado obras que tienen otro rigor vocal y musical.
De la música cubana interpretamos canciones del maestro Guido López Gavilán como el Guayaboso que es un guaguancó; tenemos, además, obras de Roberto Valera, de Electo Silva y de Beatriz Corona. De la música latinoamericana interpretamos, por ejemplo, temas del venezolano César Alejandro Carrillo, quien es director y compositor; de Simón Díaz tenemos Caballo Viejo, por solo citarles dos de ellos.
¿En qué consiste el proceso de superación de los integrantes?
En estos momentos somos 25 integrantes en la agrupación. Se hace una evaluación nacional, donde se escucha la sonoridad del conjunto, en general, a través de un concierto. La parte individual es por cuartetos, en la que se evalúan los cuatro o la voz que no esté evaluada. Actualmente en el Orfeón faltan cinco cantores sin evaluación, es decir tienen la entrada al sector, pero no constan de ningún nivel.
¿A qué edad pueden acceder los jóvenes al grupo? ¿Qué requisito deben cumplir?
Deben tener la edad laboral, 18 años. Aunque si alguno no cumple ese requisito, pero es de interés para la institución, puede ir escuchando y vocalizando hasta que alcance la mayoría de edad.
En sus comienzos, se buscaba personas que tuvieran buena calidad vocal, y no precisamente tenían que ser graduadas de escuelas de arte. Con el tiempo eso ha cambiado. En estos momentos tenemos un repertorio más contemporáneo, que sí demanda de cierto conocimiento musical, para que el trabajo sea más fácil y mejor.
¿Tienen espacios fijos de presentaciones?
Antes de la pandemia de la COVID-19, teníamos un espacio fijo en el Centro del Arte, y una vez al mes en la Uneac. Ahora estamos esperando que la situación epidemiológica mejore, para retomar nuestros encuentros con el público.
¿Qué tan productivo resultó este tiempo de pandemia?
Hicimos algunos trabajos online. Participamos en algunos festivales internacionales, como el de Colombia, y en el Festival Internacional de Coros Santiago de Cuba. Además, hicimos un trabajo con las diferentes agrupaciones corales del país, por el día de la Cultura Nacional.
¿Algún proyecto inmediato?
Ahora en el mes de marzo estamos invitados a participar en el Festival a Tempo con Caturla, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz de Santa Clara. Por otro lado, está el Festival Internacional de Coros de La Habana, propuesto para finales de junio e inicios de julio. En caso que la situación epidemiológica no permita la presencialidad, ambos se desarrollarían de forma online.
¿Qué significa para ustedes mantener vivo un legado de tantos años?
Ha sido un reto muy grande, porque el Orfeón ya tenía un nombre a nivel nacional e internacional y debíamos mantenerlo. Siempre está el deseo de que las cosas salgan bien y se superen. Hemos podido superar al Orfeón de los años sesenta, sin perder la esencia de sus inicios, en cuanto a la sonoridad que siempre lo ha caracterizado. Ello ha permitido trabajar con otros repertorios que han enriquecido el trabajo musical y el trabajo de cada cantor.