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¿Solo por llenar la boleta?

En la casa todos opinan. Estuvo en las “puertas abiertas” de la Universidad y alguna que otra vez le hablaron de las diferentes carreras en otros espacios. Pero, aun así sufre la indecisión y la pregunta rebota en su mente: ¿Qué voy a estudiar?
 
Pocos meses quedan para enfrentarse al rigor de los exámenes de ingreso a la Educación Superior. Antes debe esmerarse por obtener también buenas calificaciones en las pruebas estatales. Sabe que esa puntuación incidirá en el índice académico por el cual obtendrá un lugar en el escalafón. Pero eso no le preocupa mucho, porque ha estudiado hasta el cansancio. Tanto que de la escuela sale para la casa del repasador particular, que sus padres le pagan, desde hace años.
 
Sí, porque además de recibir todas las orientaciones en el aula, contar con nuevas tecnologías, softwares y aplicaciones, sitios y portales web, como Cubaeduca o el paquete producido por Cinesoft y llamado “Pa' que te eduques”, también tiene la asesoría de un repasador. Así que la preparación no es un problema, sino qué carrera elegir.
 
Se ha visto con bata blanca, con tiza y libros, haciendo operaciones contables, dirigiendo procesos, en un magistrado defendiendo las causas justas,...en fin, se ha vestido de todas las profesiones, pero no encuentra la de su justa medida. Quizá se incline por el perfil de las ingenierías como su papá, o las ciencias humanísticas como su mamá.
 
Lo importante es que la elección debe estar despojada de toda ligereza. Tiene que tener un fundamento basado en gustos, preferencias, intereses, capacidades y vocación, sobre todo estas dos últimas, que muchas veces pasan inadvertidas ante el acto de llenar 10 opciones en una boleta.
 
Hay quienes hacen un “tín-marín” o se emocionan ante las facilidades de ciertas profesiones. No tener que enfrentarse a un examen de ingreso, acortar el periodo de cumplimiento del Servicio Militar Activo o ventajas, como aprobar con el mínimo de puntos, son incentivos que mellan el juicio a la hora de plasmar con puño y letra, lo que será su carta de presentación en todo el proceso de ingreso a la Educación Superior.
 
Por eso, un momento sagrado dentro de este proceso, es el llenado de la boleta, al que los estudiantes deben asistir con total seguridad y enumerar en orden de prioridad qué desean estudiar. Un paso en falso en este instante puede frustrar e hipotecar el futuro. Correr el riesgo de quedarse sin carreras o aspirar a la indebida o no acorde a las posibilidades puede ser evitado si desde antes se prepara el estudiante. Así los muchachos y muchachas, ya en duodécimo grado no tienen que verse en la disyuntiva de discernir cuáles pueden ser sus mejores solicitudes.
 
Para lograr esa preparación debe existir desde las edades tempranas una correcta formación vocacional en las instituciones escolares. En cada periodo lectivo aparece como prioridad este tema, pero aun no encuentra su mejor momento. Recuerdo que en mis tiempos de secundaria básica existían los llamados Círculos de Interés. Industria azucarera, Preparación militar y Enfermería eran algunos de los que ofertaba el Palacio de Pioneros de mi municipio en aquel entonces. Este es un espacio que mucho puede explotarse en este sentido, al igual que las Campiñas pioneriles en las zonas rurales.
 
En la actualidad, existen espacios también en el horario de vida de las escuelas que se dedican a la formación vocacional y orientación profesional, pero ¿Siempre se utilizan para su fin?¿Se acercan los responsables a las instituciones escolares, a la comunidad para establecer diálogos y alianzas con especialistas que colaboren en los objetivos que se persiguen? ¿Le interesa a las instituciones laborales contribuir a la orientación y formación vocacional?
 
Creo que todavía quedan deslices sobre este tema y por eso hay tantos indecisos. Entiendo que en el camino del III Perfeccionamiento de la Educación debe resolverse esta situación común por estos meses. Mientras tanto hay que reforzar la información a los niños para que descubran su verdadera vocación y en ello la familia también puede contribuir sin imponerse.
 
Ante la responsabilidad que entraña el ingreso a la Educación Superior, conocer los tantos qué, cómo y cuáles de las profesiones sería una ganancia para despojar la indecisión y no llegar al acto solo por llenar la boleta.
Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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