Salvar vida es lo más importante
- Por Maribel Flamand Sánchez
- Publicado en Holguín
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Foto: Alexis del ToroWilliam Pérez Ramírez está entre los 38 mil holguineros a los que el calificativo de altruista le ajusta como traje a la medida. No piensa en premio ni recompensa cuando extiende su brazo para que le extraigan ese poco de vida que contribuirá a salvar la de otros. Para el eso es lo único que importa.
Forma parte del ejército de holguineros y holguineras que este 14 de junio, Día de Homenaje al Donante Voluntario de Sangre, reciben el reconocimiento de todo el pueblo y sus instituciones por protagonizar la tarea más noble, humana y generosa de las realizadas por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), como la calificara el líder histórico de la Revolución Cubana, el inolvidable Fidel Castro.
Tiene cuna y asiento en el municipio de Calixto García, territorio que por su aporte sobresaliente conquistó la condición de Vanguardia en esa meritoria tarea en la que involucra a otros miembros de la familia, como su retoño Yandis, de 21 años.
Cada una de sus 105 donaciones tiene como destinatario a un ser desconocido, pero el sentimiento de conmiseración le acompaña siempre que es llamado, algunas veces con urgencia ante la ocurrencia de un accidente de tránsito.
Tiene un grupo sanguíneo bendito, O positivo, y eso le hace sentir orgullo porque su flujo orgánico se emplea con éxito en cualquier necesitado. Por eso le llaman donante universal lo cual le hace experimentar una vanidad consentida por nacer de causa noble y virtuosa.
Era un mozo de apenas 19 años la primera vez que la aguja surcó sus venas, su corazón aligeró el ritmo pero no por miedo, sino por el susto ante lo desconocido, aunque se sentía seguro del sistema de salud cubano.
Lo hizo ante el llamado ejemplarizante de otros donantes ya consagrados, pero su incentivo principal fue conocer que en 1970, ante el desastre que causó el terremoto de Perú, el Comandante en Jefe Fidel Castro fue el primero que puso su brazo para ayudar a ese pueblo necesitado. Ese gesto humanitario, esa actitud solidaria sembró en William el deseo de contribuir también con su sangre a salvar vidas.
Asegura no conseguir explicar con exactitud qué experimenta cuando comparte su líquido vital, pero sabe que es un sentimiento bueno que lo estimula a seguir.
Es presidente del CDR número 7, de la zona 87 de Buenaventura, cabecera del municipio más occidental de la provincia de Holguín, estructura comunitaria que gracias a su ejemplo y empuje consigue cumplir y aportar el extra en esta tarea que no tiene otra recompensa que contribuir a salvar vidas y mejorar la salud de una persona convaleciente.
