Adiós a Tokio, Paris espera
- Por Calixto González Betancourt
- Publicado en Opinión
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La gran fiesta ha terminado. Los dioses del Olimpo regresan a su pedestales, con el adiós a Tokio, pero París espera solo en tres años, mientras, las fanfarrias e himnos en honor a los campeones cesan y los deportistas regresan a casa.
Parecía que no podía ser en medio de esta pandemia que asola al mundo, pero el deporte se impuso; con la persistencia de los organizadores, los Juegos Olímpicos Tokio-2020, con un año de retraso, fueron una realidad, aunque en condiciones atípicas y con los requerimientos que demandaban las circunstancias.
Y entre los excelsos protagonistas escribió su nombre Cuba; una pequeña isla del Caribe, pero grande en dignidad. Con la tercera más pequeña delegación desde el triunfo revolucionario, se ubicó decimocuarta, con siete oros, tres plata y cinco bronces, para superar lo hecho en las anteriores tres olimpiadas.
Y lo hizo, luego de un ciclo olímpico modesto, junto a privaciones por el brutal bloqueo yanqui, limitaciones económicas, más faltas de entrenamientos óptimos o adecuados y ausencias de competencias previas, debido a la COVID-19.
Esas verdades agigantan la hombrada de Cuba y alumbran el porvenir. Una de las estrellas en el podio fue holguinero, su único representante, Leuris Pupo, con pistola rápida plateada, entones de uno-uno, eficiencia de la provincia ciento por ciento.
Como en todas estas relevantes competencias, hay pronósticos cumplidos y pronósticos deshechos, pero en el caso de Cuba, cuando los favoritos no pudieron, otros no previstos dieron las gratas sorpresas.
Ahora no solo le sigue el reconocimiento a los esforzados competidores, sino también lo análisis críticos donde sea necesario.
Gracias a todos los que nos hicieron vibrar de tantas emociones, de los integrantes de la Nave Insignia, cuyos boxeadores llevan tres olimpiadas seguidas sin perder una pelea final, a los ahora dorados Roniel Iglesias, Arlen López, Julio César de la Cruz y Andy Cruz, al bronceado Lázaro Álvarez.
A esos que también tutearon la gloria, canoistas de ensueño, Serguei Torres y Fernando Dayán Jorge, al invencible tetracampeón Mijain López y Luis Orta, que enaltecieron a la lucha grecorromana.
Igualmente a los que iniciaron el medallero, el taekwondista Rafael Alba (bronce) y esa gran mujer, la judoca Idalys Ortiz (plata); los saltadores de largo Juan Miguel Hechavarría (plata) y Máikel Massó (bronce) y la discóbola Yaimé Pérez (bronce).
Para quien lesionado guapeó y se llevó el bronce, el luchador librista Reineris Sala. Reconocimientos también para todos los nuestros que compitieron y no pudieron obtener medallas. No puede faltar la gratitud a los entrenadores y especialistas de la salud, campeones detrás del trono, pues sin ellos no habría triunfadores.
En fin, honor a Cuba, segundo país latinoamericano en el medallero de Tokio.