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Llegar a los corazones

rosilema candidataRosilema Rodríguez Sánchez. Foto: Elder Leyva.

Sensible, apasionada e inquieta. Hay en ella una mezcla de curiosidad y asombro ante lo nuevo que la hace adentrarse en la búsqueda del conocimiento constantemente. Es de las que persevera, pese a cualquier dificultad, para alcanzar sus sueños, que en buena medida son los sueños de muchos de los que conviven en su circunscripción 72, en el reparto Harlem, de la capital provincial, donde hace casi seis años se desempeña como la Delegada del Poder Popular.

Rosilema Rodríguez Sánchez es una joven entregada, que ha sabido asumir y conducirse en diversas responsabilidades, que como ella misma dice “cada vez son más desafiantes en los tiempos actuales”.

La conocimos en uno de los tantos recorridos que, como candidata a Diputada al Parlamento cubano ha realizado junto al primer secretario del Comité provincial del Partido en Holguín, Ernesto Santiesteban Velázquez, con quien comparte la tarea por el Distrito 5 del municipio cabecera.

“Nunca imaginé tener esta oportunidad de integrar la candidatura, una muestra más del carácter democrático de nuestro sistema. Pero ahora que me veo ante la posibilidad de ser elegida, mi mayor reto es aportar desde mis modestos esfuerzos a que mi barrio, mi ciudad y mi Cuba sean cada vez mejores. Mi único compromiso y mayor deber es el de representar a mis electores dignamente, siempre con una actitud de servicio”, afirma.

De adolescente siempre supo que si no era una actriz profesional, sería maestra, “la artista de su aula”, y yo diría de un poco más allá, pues en sus 38 años de vida ha logrado desenvolverse en los diversos roles propios de su profesión y de las tareas sociales.

En el IPVCP “Rafael Cruz Pérez” o “Calixto 4”, como se conocía se formó como Maestra de prescolar,carrera que sazonó con superación hasta convertirse en la psicopedagoga de la Escuela pedagógica “José Martí”, profesión que desempeña actualmente.

De cómo conjuga todas sus responsabilidades confiesa: “La pedagogía y la Orientación educativa me han aportado mucho para desarrollarme en la Circunscripción y sobre todo para el Trabajo Comunitario. Me han provisto de herramientas para el diagnóstico, la planificación, la evaluación de las actividades y su efectividad. Aunque es un gran reto, pues trabajo en un centro interno en el que debo cumplir con guardias de 24 horas y otras tareas inherentes a mi función y típicas de este tipo de escuelas.

¿Cuánto le aporta su profesión al trabajo en la comunidad?

Valoro mucho las habilidades comunicativas y sociales que potenció mi formación profesional. Esto me permite acercarme a la gente, comprender sus esencias, desarrollar empatía, establecer una comunicación asertiva, poner en práctica la creatividad que aporta el magisterio en la búsqueda de soluciones y sobre todo, ese amor que distingue a los educadores para llegar a los corazones.Pienso que la pedagogía me ha permitido convertirme también en una educadora popular el barrio.

¿Cómo ha sido esta experiencia?

Ser delegada es una experiencia hermosa. No se pueden resolver todos los problemas, pero mediante la gestión se logra ir dando solución a los más sentidos. Las necesidades humanas son siempre crecientes.Con el apoyo de la Asamblea municipal y sobre todo, con el concurso de quienes vivimos en el barrio, podemos avanzar en la respuesta a nuestras preocupaciones e inquietudes.

Y la familia, ¿cómo logra articularse en su vorágine diaria?

Mi familia me apoya mucho, sin su ayuda no pudiera asumir todas estas responsabilidades. Se involucran, participan y colaboran con las tareas de la comunidad y del hogar. Mis hijos son muy cariñosos, mi esposo es educador. El amor de ellos es el refugio ideal contra el estrés y las asperezas de la cotidianeidad. Mis padres me dieron un buen legado, mi madre fue mi heroína, mi Mariana. Definitivamente mi familia es un hermoso regalo de Dios.

¿Cuán difícil puede ser para un joven en estos tiempos asumir tantos compromisos demandantes?

Además de las limitaciones económicas y materiales a que nos enfrentamos, la desmotivación de algunos presupone una complejidad a la hora de asumir responsabilidades. Pero si se está dispuesto a trabajar se logran alcanzar las metas.

Pudiera decir que ser una servidora pública en usted es una vocación. El proyecto “Alas de Colibrí” es un ejemplo de cuánto empeño pone en pensar como pueblo y en las necesidades de las comunidades...

Alas de Colibrí es un sueño que ha tocado muchos corazones, un proyecto comunitario que escribí con un enfoque integral que busca la transformación de ese entorno. Tiene muchos beneficios para el fortalecimiento del trabajo comunitario integrado, a la vez que se desarrollan talleres y se realizan actividades educativas, deportivas, culturales, recreativas y laborales para crear espacios participativos y generar un cambio en el pensamiento colectivo. Todos y todas somos protagonistas y beneficiarios.

Su metodología se ha implementado en otros Consejos Populares. Los recursos se obtienen con el concurso de todos y también mediante la gestión. Alas de Colibrí es un sueño para dar amor.

¿Qué mensaje transmitiría a los jóvenes?

Hacer lo bueno, que no siempre es lo más fácil, pero sí lo mejor. Amar a la Patria, que es como amar a la madre, y que ser cubano es un privilegio y un honor.

Satisfacciones

Tener la oportunidad de ayudar a otros, representarlos, sentir como míos sus problemas creo que me ha hecho una mejor persona. Antes de ser delegada no veía de la misma manera los problemas, ahora nada me es ajeno, siempre los veo como un reto y las situaciones complejas, como una gran oportunidad. He descubierto que en la crisis emergen las potencialidades. La recompensa es la satisfacción del deber cumplido.

En los ratos libres…

No hay mucho tiempo libre, siempre estoy buscando algo que hacer. Pero cuando hay un alto en el camino me inclino por la lectura, mis plantas y un buen café. Y si hay oportunidad...el mar...esa maravilla que no concibo que sea obra de nada más que de una maravillosa creación.

Diecisiete años en Harlem no le hacen olvidar a Rosilema su esencia, sus raíces campesinas, por eso en cada uno de los espacios donde compartió con estudiantes, trabajadores y vecinos de las comunidades del Distrito #5 como parte de la vinculación a sus escenarios, siempre tuvo a bien hablar de su génesis en el barrio de La Anguila, del consejo popular Brisas de Yareyal, donde se forjó esta “guajirita”, que ha aprovechado las oportunidades que le brindó la Revolución para crecerse como mujer y joven de estos tiempos, expresión de continuidad.

Yanela Ruiz González
Author: Yanela Ruiz González
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Lic. en Estudios Socioculturales, periodista de la Casa editora ¡Ahora! Especializada en temas de Educación y Educación Superior Fan de las redes sociales

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