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El “zodiaco” premió a Alfredo en Etecsa

etecsa entrevista 1Alfredo Chiong es un joven informático destacado en el colectivo de trabajadores de Etecsa. Fotos: Elder Leyva
 
Una historia novelesca atribuiría los resultados profesionales de Alfredo Chiong Zaldívar a los designios de su signo zodiacal (Acuario) que ampara a individuos brillantes, curiosos, originales y los relaciona con profesiones como las comunicaciones, la informática y la electrónica. Coincidencia casi total con la realidad del joven egresado de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) con título de Oro en el año 2014.
 

Pero justo es reconocer que el Especialista en Telemática en la Empresa de Telecomunicaciones (Etecsa) en Holguín no tiene la condición de Mejor Trabajador de la entidad por dos años consecutivos, ni un Premio Destacado y dos Relevantes en fórum nacionales de ciencia y técnica por influencias zodiacales, sino por su afán creativo, autosuperación constante y perseverancia en sus propósitos.

Pertenece al bando de quienes prefieren el hacer al decir, por eso cuando le pedí que habláramos sobre sus desempeños laborales advirtió: “El hablar y yo no nos llevamos muy bien”. Por esta razón fue todo un reto para esta reportera “arrancarle” anécdotas y conseguir que nuestro diálogo fluyera para llenar las cuartillas establecidas para una entrevista.

Es en el departamento Comercial y Mercadotecnia donde transcurren las horas necesarias de trabajo: “Me dedico a la gestión de soluciones a las fallas de los procesos en los sistemas con que opera la red comercial para la facturación y provisión de los servicios y sus cobros, el aseguramiento de ingresos…”, explicó.

La informatización de la sociedad es una de las tareas estratégicas de Cuba y en este proceso Chiong ha demostrado ser un pilar para la entidad donde se desempeña.

etecsa entrevista 2Sus aportes han sido objeto de reconocimiento entre sus compañeros de labor en la entidad.
 
Dentro del amplio campo de la informática “prefiero el desarrollo de software porque me permite crear”, asegura, y ese interés por perfeccionar, desarrollar y modernizar lo convirtió a sus escasos años como trabajador en un innovador reconocido.

Cuenta que “la automatización del sistema para la atención, gestión y evaluación de los agentes de telecomunicaciones me permitió en 2016 ser Destacado en el fórum nacional de la Empresa.

En 2017 participé en el evento con un compendio de sistemas para el control interno del departamento Comercial y Mercadotecnia, y un procedimiento para la gestión de los servicios telefónicos pendientes por traslados, lo cual me valió el premio Relevante de ese año.

“El segundo reconocimiento con igual categoría ocurrió en 2018 por el aporte de un módulo para el aseguramiento a ingresos. En todos los casos la informatización de esos procesos posibilita la simplificación y perfección de los procesos, así como la optimización del control interno. También se hicieron en colaboración con otros autores”.

Sus neuronas intranquilas están ahora atareadas en la implementación, en fase de prueba, de un sistema para la asistencia al servicio Nauta Hogar y hacer que todas las prestaciones del departamento Comercial y Mercadotecnia confluyan en un solo sistema.

Me confiesa que estudia mucho porque “la informática avanza aceleradamente, lo que hoy es novedoso mañana no te sirve y es necesario mantenerse actualizado”.

Aun así no prescinde de los entretenimientos propios de la edad, como escuchar música y compartir con amigos: “También me gusta crear música, algo que no hago ahora por falta de tiempo.

“En la UCI integré una agrupación musical donde tocaba percusión menor. Me enseñó un instructor de arte en la escuela secundaria básica José Varona, hoy preuniversitario, donde estudié. También tocaba el piano, instrumento que aprendí a ejecutar de manera autodidacta, escuchando su melodía y leyendo sobre el tema”.

La informática cautiva, no importa si se es nativo digital o analógico, aun así quise saber por qué caminos le llegó su devoción por esta ciencia: “Tengo un hermano y una hermana mayores, ambos son informáticos. No tengo dudas que de ellos recibí esta influencia”.

Pregunto si el sector privado con su tentadora superioridad salarial no atrae su atención. Responde con la seguridad y la convicción de lo que quiere, de quien sabe que el dinero no puede ser siempre el móvil supremo: “Realmente no he tenido ofertas, pero me siento bien donde estoy. El ambiente de trabajo en que me desarrollo es bueno, soy reconocido y apoyado con mis proyectos”.

“En la UCI estuve involucrado en proyectos propios de la universidad, como el sistema de informatización hospitalaria implementado en el hospital Hermanos Ameijeiras, de la capital cubana.

También desarrollé un proyecto personal que fue la informatización de los resultados de investigación de la tesis de doctorado de mi cuñado, el doctor Daniel Rodríguez Gurri, angiólogo en el Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez de esta ciudad de Holguín.

“Se trata de un sistema que permite conocer los posibles procedimientos a seguir y el tratamiento a aplicar a personas aquejadas por pie diabético a partir de datos, como la edad y el peso corporal, procesados previamente. Este sistema se propuso, para su generalización, al Centro de Investigaciones Genéticas y Biotecnologías CIGB”.

Con anterioridad me informaron que el Ingeniero en Ciencias Informáticas posee un coeficiente de inteligencia alto, factor que corroboré, durante el desarrollo de este diálogo. Por eso no pude evitar una asociación con Linus Torvalds, eminente informático finlandés, creador del software libre, cuando tenía más o menos su edad.

Le revelo por dónde andan mis pensamientos. Alguien cercano me advierte que la modestia es otra de sus virtudes, él lo demuestra cuando expresa: “Mis aspiraciones van despacio, querer avanzar rápido puede llevar al fracaso”.

Sin embargo ya sueño con algún día ser portadora de las primicias de uno de sus aportes trascendentales. Su afán creativo me ayuda a alimentar esta ilusión.

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