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Hombre leyenda: Presilla

moa niquel pedr sotoFábrica de níquel Pedro Soto Alba, Moa, Holguín. Foto: Trabajadores
 
Se convirtió en una leyenda, símbolo de casco metálico. Pronunciar su nombre es hablar de níquel cubano. Alto y corpulento, ocurrente y bonachón, respetado por todos.
 
Demetrio Presilla López nació el 25 de febrero de 1915, en Mayarí; mas se graduó de Ingeniero Químico en 1937, en la Universidad de Georgia, School of Technology, en Atlanta, Estados Unidos.

Dos años después regresaría a Cuba. Para ese entonces compartía trabajos de comercio con su padre en Mayarí y posteriormente lo haría en la droguería Serrá en La Habana, hasta que en 1943 logra ser contratado por la Nickel Processing Co. y es entrenado en la Planta Piloto que esta compañía poseía en Texas, Estados Unidos. Después de cuatro meses allí termina especializado en operaciones de Hornos de Reducción, a partir de lo cual continúa su trabajo en la Nicaro Nickel.

En ese momento, lo que se producía en Moa no era un producto terminado, era una especie de lodo que, después de beneficiado, se enviaba por mar a la planta de la empresa en el sur de los Estados Unidos para la terminación del proceso “níquel más cobalto metálico”. Incluso, el barco había sido diseñado para tales propósitos.
 
Llevaba el material semiprocesado en unas tolvas; de esta manera, la empresa se ahorraba el pago del arancel aduanero al no importar un mineral procesado, sino como materia prima para la industria. En el viaje de retorno, el barco traía el ácido sulfúrico, insumo principal para el proceso de Moa. Se trataba de otra muestra de dependencia neocolonial.

Con el triunfo de la Revolución todo parecía cambiar, pero él rechazó cada una de las ofertas de las compañías norteamericanas de abandonar el país, y continúa laborando en Nicaro. Por esta época, a un llamado del Comandante Ernesto Guevara, entonces Ministro de Industria, dirige y participa en la arrancada de la Fábrica de Níquel de Moa, hoy Empresa “Cmdte. Pedro Soto Alba” Moa Nickel S.A.

Esta última y su proceso fueron diseñados por un reconocido ingeniero de la India, Tuhin K. Roy, quien también diseñó la fábrica en los Estados Unidos.
 
Igual que sucedió con las refinerías de petróleo estadounidenses, los que dejarían de ser los dueños se llevaron toda la documentación técnica de la planta, cuando todavía no se habían concluido las pruebas para su posterior puesta en marcha, para que no pudiera ser operada por los cubanos. De ahí el alto valor del desempeño de Demetrio, su equipo y los trabajadores, que lograron arrancar la planta de Moa.

No se puede hablar del níquel sin evocarlo. Fue miembro emérito de la Sociedad Cubana de Geología y Héroe del Trabajo de la República de Cuba. El 3 de marzo del 2006 fallecería este ícono de la minería en nuestra tierra.

Por la inteligencia que lo hizo siempre distinguirse, su afán de perfeccionar cualquier obra, su manera de llamar al pan, pan y al vino, vino; y su estricto sentido de la disciplina, este hombre se ha hecho leyenda, ejemplo de amor al trabajo, a su fábrica; cuestión que engrandece y honra a la industria del níquel, la que desde nuestro suelo no se cansa de decir: Gracias Presilla.
 
 

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