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IV Congreso del Partido: Trascendental en la historia cubana

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El IV Congreso del Partido Comunista de Cuba, desde el 10 al 14 de octubre de 1991 en Santiago de Cuba, trasciende en un super complejísimo escenario, cuando comienza el derrumbe el campo socialista y muy embarazoso la situación en la URSS, con aguda tendencia a la desintegración en sus 15 repúblicas, que ocurre, oficialmente, el 26 de diciembre de 1991.

 

En el último quinquenio de la década de los 80 Cuba camina hacia la consolidación en su desarrollo y perfecciona el proyecto socialista y todo, de momento, cambia.


No presentan el acostumbrado informe central en este Congreso, Fidel explica la situación real en que se reconoce el Periodo Especial crítico, que comienza para Cuba y la necesidad de continuar en el proceso de rectificación de errores y tendencias negativas, acordado en el III Congreso.


En las aspiraciones de la Revolución jamás se puede olvidar el IV Congreso, que antes de sus sesiones ya lo denominan histórico, porque tiene lugar en uno de los más críticos momentos de la vida del país. Todos los asistentes -mil 772 delegados- coinciden en calificarlo como un evento democrático, antecedido por un llamamiento que analizan millones de compatriotas.


La desaparición del campo socialista constituye un proceso de connotación universal, que repercute, muy negativamente, en todo el mundo y, en especial, en la sociedad cubana.


Por haber hecho, lo que hizo en esa cruenta década de los 90, este pequeño país logra más admiración en el mundo, por la capacidad y valentía de saber resistir cuando pierde el 85 por ciento de su comercio exterior y, aun así, lucha y vence.


El Congreso ratifica la absoluta decisión de seguir, en cualquier circunstancia, los programas para el desarrollo como el alimentario, aunque falten combustibles, piensos y fertilizantes, el de biotecnología, farmacéutico, de equipos médicos, turismo, económicos, de inversiones extranjeras, entre muchos otros.


La dirección de la Revolución, con la firmeza de su pueblo, adopta las medidas necesarias y valientes para que las fábricas marchen con el trabajo de los obreros, para salir adelante en estas difíciles condiciones, con el principio de proteger a todos, de evitar el desamparo de ningún cubano, con la decisión de repartir, equitativamente, lo poco que se tiene, con fórmulas extraordinarias y sin importar el sacrificio para salvar la Patria.


Fidel dijo, en las conclusiones en la plaza Antonio Maceo: “Vivimos años de incertidumbre, aunque seguimos trabajando de acuerdo con los planes, y hubo momentos, incluso, en que teníamos dudas de si era razonable dar el Congreso, en condiciones de Periodo Especial crítico -porque estamos en Periodo Especial, pero todavía no estamos en lo que pudiéramos considerar la fase más crítica de un Periodo Especial; hemos deseado y hemos luchado porque esa fase crítica no llegue, hemos hecho todo lo posible, pero no está en nuestras manos evitarlo…


“Y cuando pensábamos que había que realizar el congreso, al mismo tiempo nos preguntábamos en qué condiciones, cómo estará el transporte, cómo estará el combustible, cómo estará la electricidad de continuar evolucionando, como estaban evolucionando, los acontecimientos en la Unión Soviética.


“ El Congreso teníamos que realizarlo en una carpa de circo si fuera necesario, y marchando hacia el congreso a pie, a caballo, en quitrín o en bicicleta, pero realizar el Congreso; se convirtió, para nosotros, en una cuestión de principio fundamental llevarlo a cabo en cualquier circunstancia.


“El país cuenta hoy con un potencial de inteligencia tremendo, ese es uno de los grandes recursos que tenemos a mano. Todo eso hay que unirlo, todo eso hay que dirigirlo, todo eso hay que encauzarlo para cumplir nuestros objetivos, ya que la vida nos ha dado una tarea tan difícil, un destino tan difícil a los revolucionarios cubanos.


“Lo único que no tendría jamás perspectiva es si se pierde la Patria, la Revolución y el Socialismo Los problemas de nuestro país, como lo fue siempre a lo largo de la historia, solo los puede resolver nuestro país; los problemas de nuestro país solo los puede resolver la Revolución, por difíciles que sean.


“La única que puede resolver los problemas de este país, definitivamente, a mediano o a largo plazo, es la Revolución, y eso no tiene alternativa; somos nosotros y eso no tiene alternativa, y somos nosotros con nuestro trabajo, con nuestra lucha, con nuestro esfuerzo y salvar la sociedad”.


Así trasciende este cónclave heroico de la vanguardia revolucionaria cubana, continuadora de la obra de nuestras hermosas tradiciones, digno para la celebración del VIII Congreso, continuidad de la Revolución Cubana, que sesionará del 16 al 19 próximos y será, como todos los anteriores, de todo el pueblo y, ahora, como en Girón, 60 años después, frente al imperio más agresivo del mundo, que nunca logrará doblegarnos y, antes las nuevas dificultades, una vez más, notificaremos, ante el mundo, nuestra convicción irreductible de Victoria.

 

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Rodobaldo Martínez Pérez
Author: Rodobaldo Martínez Pérez
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Máster en Comunicación Social, autor del blog Holguín Ahora.

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