Potenciar la resiliencia
- Por Hilda Pupo Salazar
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A los 3 años de haberse casado murió su esposo y el único hijo, fruto de aquel amor, falleció sin cumplir 20 años.
“No soy una persona triste ni amargada. Tengo muy buenos vecinos y excepcionales amigos, no me siento sola. Todos dicen que me caracteriza la resiliencia, es decir, la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro”.
“No soy una persona triste ni amargada. Tengo muy buenos vecinos y excepcionales amigos, no me siento sola. Todos dicen que me caracteriza la resiliencia, es decir, la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro”.
En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y, eran desconocidos hasta el momento. Debemos de reconocer que no todos tenemos esa fortaleza ni nos levantamos de las caídas, porque no logramos superar la tragedia, adversidad, situaciones de duelo y pérdidas, por duras y difíciles que sean.
Aunque las personas tenemos la capacidad de sobreponernos a un estímulo adverso, el uso decidido y firme de esta capacidad es lo que nos hace realmente resilientes.
La resiliencia se considera una capacidad natural del ser humano, que podría ser la clave para salir airosos de la actual crisis económica y de otras inevitables.
Según explica la psiquiatra Rafaela Santos, presidenta del Instituto Español de Resiliencia, hablamos de la resistencia frente a la adversidad junto a la capacidad para reconstruirse saliendo fortalecido del conflicto.
A veces la vida nos pone a prueba, plantea situaciones que superan nuestras capacidades. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.
Esas personas, llenas de fuerzas, no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para tales seres no existe una vida dura, sino momentos difíciles, es una manera diferente y más optimista de ver el mundo y saben que después de la tormenta llega la calma.
Esos individuos, a menudo, sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.
Llamamos a potenciar los buenos ánimos, la resistencia, los proyectos de vida, el optimismo y los deseos de una existencia superior. Como dice el profesor de sicología Manuel Calviño, muchas veces, nosotros creamos nuestros obstáculos.
Comentarios
intento compartirlo en fb y no me deja.