El 26 de julio de mi comunidad
- Por Yanela Ruiz González
- Hits: 4315
Desde hace varios días se concertó cómo sería este 26 de julio en mi comunidad. En la última reunión de los Comité de Defensa de la Revolución cada uno propuso ideas que fueron aprobadas por el colectivo de vecinos. Así inició toda una jornada de preparativos para celebrar la víspera de la fecha.
Surgieron comisiones de trabajo para atender los diversos aseguramientos comestibles, fundamentalmente para la caldosa, los adornos con banderas, cadenetas, carteles, y el trabajo voluntario previo para alistar impecablemente el barrio, el principal escenario.
Y es que hace 66 años, el 26 de julio dejó de ser solo un día más en el almanaque de los cubanos para convertirse en la memorable fecha en la que celebramos el aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, ubicados en Santiago de Cuba y Bayamo, respectivamente, acontecimientos que trascendieron en la historia Patria.
Tiene esa fecha el don de unir a los vecinos de la comunidad en torno a una celebración única, que se aprovecha en otros ámbitos para homenajear y honrar resultados de colectivos de trabajo que están en la vanguardia, reconocer a oficiales destacados o potenciar territorios que tienen un meritorio resultado.
Pero más que todo eso, el 26-7 tiene la exclusividad de haber sido la fecha escogida por un grupo de jóvenes, reconocidos como la Generación del Centenario, quienes decidieron ese día llevar a cabo los asaltos.
Los sucesos del Moncada, segunda fortaleza militar en Cuba por su grado de importancia, fueron el motor impulsor para que el pueblo cubano despertara del letargo y se sumara a la lucha revolucionaria liderada por Fidel Castro, con el fin de lograr la soberanía de la nación y con ello desterrar todos los males de la tiranía, propósito que tuvo su recompensa en enero de 1959.
Ahí está el principal mérito y motivo para que los más de 11 millones de cubanos agasajemos este acontecimiento, protagonizado por 131 jóvenes, inspirados en las ideas de José Martí, declarado como el autor intelectual de los hechos.
Aunque no constituyó una victoria en el plano militar, pues los muchachos estaban en total desventaja, tanto en armas como en número de hombres, el 26-7 dio una gran lección no solo para el pueblo, sino también para los que creyeron que esta era una nación cruzada de brazos.
Fidel Castro, lo advirtió así en sus palabras a los compañeros, momentos antes de salir a ejecutar las acciones:“Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos, pero de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros! El movimiento triunfará. Si vencemos mañana se hará más pronto lo que aspiró Martí. Si ocurriera lo contrario, el gesto servirá de ejemplo al pueblo de Cuba, a tomar la bandera y seguir adelante. El pueblo nos respaldará en Oriente y en toda la Isla. ¡Jóvenes del Centenario del Apóstol! Como en el 68 y el 95, aquí en Oriente damos el primer grito de ¡Libertad o Muerte! Ya conocen ustedes los objetivos del plan”.
Seis décadas y seis años después mis vecinos y yo, como en toda Cuba, aplaudimos a la media noche la llegada del 26-7, cantamos el himno nacional, rememoramos la historia y veneramos todo cuanto nos legaron aquellos jóvenes, encabezados por Fidel.