¿Y Fernández?

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Quería, quise, quiero escribir como él. Así como quien le habla a un amigo y logra poner en el papel en blanco lo que es su vida y volverla tan parecida a la tuya, a la vida de los otros.

¿Será posible que se repita el hito del nacimiento de un hombre coherente con su pensamiento, su obra y su vida toda? No la de un santo, sino la de un ser extraordinario y, al mismo tiempo, de una sencillez que no se usa ya, alguien coherente, sin aspavientos ni impostaciones y de una inasible grandeza, como la que tiene, sin saberlo, el verdadero artista.

¿Y Fernández? Cada vez más anciano en las noticias, acaso el presagio de lo definitivo, el natural declive, pero siempre exhibiendo una claridad admirable, un garbo, una prestancia y serenidad como de un lord, exactamente eso parecía, un lord.

¿Y Fernández? ha partido, silencioso y la Casa queda quieta, imagino. Alguien me diga por favor cómo vuelven las palabras a tomar un curso, un sentido lógico cuando muere el poeta. Cómo puede un domingo hacerse gris de súbito.

¿Dónde encontrarlo ahora? Trato de recordar de memoria todos los poemas suyos que he leído, y vienen juntos los versos, se arremolinan. Los normales, andan por ahí, como solo ellos pueden, sin enterarse de que hoy no está bien que sean felices, al menos no todo el día, porque él se ha ido.

Nosotros los sobrevivientes, también a ti debemos la sobrevida ¿cómo no hacerlo? Por salvarnos a golpe de poesía humana de la grisura. Por llevar una Casa sobre los hombros como un Atlas y sostener así el arte "nuestramericano".

Mas regresa la pregunta reticente: ¿Y Roberto Fernández Retamar? No hay una tumba donde invocar al poeta como en los cementerios parisinos en los que conspiran para reencarnar Vallejo y Cortázar, solo la espuma y el salitre, el azul definitivo del Caribe que rompe contra La Habana suya. Pero a mí que quería, quise, quiero escribir a tu manera, me gusta pensar que estarás en cada tarde y su lluvia y yo pensaré en ti.
 
Author: Liset Prego Díaz
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Yo vivo de preguntar… porque saber no puede ser lujo. Esta periodista muestra la cotidiana realidad, como la percibe o la siente, trastocada quizá por un vicio de graficar las vivencias como vistas con unos particulares lentes

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