Fauna
- Por Jorge Suñol Robles
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Andan como manadas. Grupillos diversos, inexactos, “renovadores” (no innovadores). Demasiado vintage, filosóficos, extrovertidos, rimbombantes. Resumen de una fauna compleja y sin carnada. No matan a nadie, pero se matan, poco a poco, entre ellos. Mismo estilo de moda, misma apariencia, mismo gusto musical, misma actuación.
Son ellos, los únicos, los del parque, los de “la pinta”, “los estampados”. Una concentración hipster, que atraviesa la ridiculez, una pose constante de encajar, de estar a tono con lo último, de someterse a riesgos ilimitados por ser parte del movimento, que desde afuera, no parece dañino, pero si te metes, te come la crítica, la envidia. Camina con el mismo paso, porta la misma marca, es así el juego.
Cimafunk está de moda, y la fauna lo escucha, aunque no entiendan que el negro Erick, su cantante, es un loco talentoso en los escenarios, un derroche de talento vocal, un artista en mayúsculas.Pero eso no importa, lo que importa aquí, en este contexto bohemio sobreactuado, es que sus canciones “se llevan” y hay que adaptarse o te marginan.
Sin embargo, el asunto se vuelve más complejo e inentendible cuando la tendencia tiene sellito inglés, un toque casi siempre pop hecho por adolescentes. Suenan canciones y letras que muchos no entienden, por una cuestión cultural de dominio del idioma , y aún así, el reproductor repite una y otra vez temas de artistas extranjeros, que entre más desconocidos y más raro sea, más se adecua a los patrones de la fauna.
Aclaro, no es motivo juzgar los gustos musicales de nadie. Cada cual debe escuchar las canciones y los artistas, según sus intereses, sus preferencias. El “rollo” está cuando otros me imponen que es lo que debo oír, cuando no muestro mi personalidad y mi criterio, me dejo llevar por la lista del momento.
Y si el asunto quedará en posicionar algún que otro tema musical, pues todo fuera pan comido. Pero no, la manada (las manadas) tienen otras manías. La moda, por ejemplo, es una de ellas, quizá por la que más uno puede identificar a sus representantes.
Es difícil definir un patrón, debido a la diversidad de especies que podemos encontrar. Por un lado, el chico Bad Bunny, el farandulero, el repartero, con sus tenis Vans y su mono deportivo a toda hora y a todo momento; por otro, la chica vintage, la adicta al café, repleta de tatuajes, amante de lo raro, lo “diferente”, las botas, la ropa reciclada, las fotos en blanco y negro. Ya lo dije, es una fauna compleja.
Y todo ello es producto de diversos fenómenos culturales y sociales que invaden a la Cuba de hoy, todo ello, es consecuencia de la fiebre de Internet y las redes sociales. Todo ello tiene de fondo un fuerte sustento antropológico, que analiza y fundamenta las posturas y procederes de estos individuos desde diversas aristas.
Lo criticable no es, si pertenecer o no a determinado grupo, lo ropa qué me pongo, cómo actúo ante la gente, cómo me proyecto, estos movimientos o influencias hacen más rica a la sociedad, sin dudas. El punto radica en si los personajes que monto, la escena donde me muevo, nacen desde la imposición, la superficialidad, la loca idea de ser aceptado, que pueden afectar psicológicamente a los individuos, someterse físicamente a grandes riesgos, a picar su piel.
Nada mejor que una risa imperfecta, que una gordita con sentimientos, que un sencillo corazón, nada mejor que la gente auténtica, al que no le importa los patrones, los estilos del año, que no cree en los esquemas.Nada mejor que ser tú, aunque la falda sea larga y asuste, aunque el pantalón sea campana y provoque. La fauna actualiza su estado. Hoy tienen fiesta VIP, pueden ir solo los “acreditados”.
Comentarios
Nada que el trabajo está genial, no solo por el tema, sino por la forma tan amena, sencilla y atractiva de enfocarlo y argumentarlo.