Comportamiento y las consecuencias
- Por Hilda Pupo Salazar
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“Ese muchacho necesita una buena pela”, frase que se escucha desde que surgen las familias, para aspirar a una conducta correcta de las descendencias.
Desde entonces emplean el castigo positivo o negativo- denominado así porque uno da y el otro quita- con el fin de resolver el mal comportamiento.
En ambos casos el escarmiento debe aplicarse circunstancialmente sobre la conducta a restringir, de manera que se comprenda correctamente la intención de la acción para modificarla, de lo contrario no tendría efecto.
Si este es el procedimiento a aplicar hay que ser cuidadoso en su empleo, porque debe hacerse sólido, eventual y proporcional a la característica de la conducta a corregir.
Hay que lograr la comprensión del castigo y la importancia de actuar correctamente en cada circunstancia, de lo contrario el alcance del objetivo suele ser superficial, desde el miedo que puede generalizarse a otros ámbitos, con resentimientos encontrados sin generar un verdadero cambio y hasta debilitar la autoestima, de ahí la importancia de la competencia profesional de quienes traten de educar.
Mientras si empleas el castigo físico, que dice lo que está mal, pero no lo que está bien, reproduces la violencia como una manera viable de conseguir lo que se desea, por lo que tarde o temprano la imitan.
Hay que lograr fortalecer la confianza entre los hijos y sus progenitores, no emplear estrategias erróneas para resolver problemas que laceran las relaciones familiares, con nociva comunicación no verbales es fundamental aprenden a dialogar y a buscar soluciones que beneficien a todos, para evitar que jamás la familia lesione.
Actualmente, la psicología recomienda otro tipo de modificadores de conducta mucho más sanos y sin repercusiones negativas, como la retirada de atención ante conductas no deseadas y el refuerzo efectivo de buenas conductas.
Es enseñar a razonar y resolver problemas armoniosamente en la familia, con absoluto respeto a las figuras de autoridad, sin jamás transgredir normas, con las mejores relaciones sociales.
Resulta esencial profundizar en el paradigma cognitivo-conductual que buscan el conocimiento científico desde lo observable y el conocimiento de que detrás de la conducta hay diversos procesos psicológicos que explican el porqué se actúa, piensa y sienten así.
Dice Platón, filósofo griego: "El comportamiento humano fluye de tres fuentes principales: el deseo, la emoción y el conocimiento.” Freud, médico neurólogo austriaco de origen judío propone: “Que gran parte de nuestro comportamiento está influido por procesos inconscientes. Sus aportaciones incluyen conceptos como el ello, yo y superyó, que describen” y Aristóteles, filósofo, polímita y científico griego: “El pensamiento condiciona la acción, la acción determina los hábitos, los hábitos forman el carácter, y el carácter moldea el destino".